GÉNESIS
11 Por eso maldito seas lejos del suelo que abrió sus fauces para recibir la sangre de tu hermano derramada por ti.
6 Entonces el Faraón hizo enganchar su carro de guerra y alistó sus tropas.
10 Cuando el Faraón ya estaba cerca, los israelitas levantaron los ojos y, al ver que los egipcios avanzaban detrás de ellos, se llenaron de pánico e invocaron a gritos al Señor.
19 El Ángel de Dios, que avanzaba al frente del campamento de Israel, retrocedió hasta colocarse detrás de ellos;
21 Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo retroceder el mar con un fuerte viento del este, que sopló toda la noche y transformó el mar en tierra seca.
26 El Señor dijo a Moisés:
11 ¿Quién es como tú, Señor,entre los dioses?
¿Quién, como tú, es admirable entre los santos,
terrible por tus hazañas, autor de maravillas?
20 Entonces Miriam, la profetisa, que era hermana de Aarón, tomó en sus manos un tamboril, y todas las mujeres iban detrás de ella, con tamboriles y formando coros de baile.
21 Aarón impondrá sus dos manos sobre la cabeza del animal y confesará sobre él todas las iniquidades y transgresiones de los israelitas, cualesquiera sean los pecados que hayan cometido, cargándolas sobre la cabeza del chivo.
27 No se cortarán el borde de la cabellera en forma de círculo [1], ni cortarás el borde de tu barba [2].
3 Se amotinaron contra Moisés y Aarón, y les dijeron:
12 Moisés mandó llamar a Datán y a Abirón, hijos de Eliab.
15 Moisés se indignó profundamente y dijo al Señor:
Yo no les he quitado ni un solo asno ni he perjudicado a ninguno de ellos”.
17 Cada uno de ustedes tomará su incensario, le pondrá incienso y lo ofrecerá al Señor: serán doscientos cincuenta incensarios en total.
24 “Habla en estos términos a la comunidad:
‘Aléjense de los alrededores de la morada de Coré, Datán y Abirón’”.
25 Moisés se levantó, fue adonde estaban Datán y Abirón, seguido de los ancianos de Israel, 26 y dijo a la comunidad:
Datán y Abirón, por su parte, salieron y se pusieron de pie a la entrada de sus carpas, junto con sus mujeres, sus hijos y sus pequeños.
8 El hijo de Palú fue Eliab. 9 Los hijos de Eliab fueron Nemuel, Datán y Abirón.
El rechazó al Dios que lo creó, despreció a su Roca salvadora.
La
tentación y el pecado del hombre
Capítulo
3
1
La serpiente
era el más astuto de todos los animales del campo que el
Señor Dios había hecho, y dijo a la mujer:
«¿Así
que Dios les ordenó que no comieran de ningún árbol del jardín?».
2
La mujer le
respondió:
«Podemos
comer los frutos de todos los árboles del jardín.
3
Pero respecto del árbol que está en medio del jardín,
Dios nos ha dicho:
«No
coman de él ni lo toquen, porque de lo contrario quedarán sujetos a
la muerte».
4
La serpiente dijo a la mujer:
«No,
no morirán.
5
Dios sabe muy bien que cuando ustedes coman de ese árbol, se les
abrirán los ojos y serán como dioses, conocedores del
bien y del mal».
6
Cuando la mujer vio que el árbol era apetitoso para comer,
agradable a la vista y deseable para adquirir
discernimiento, tomó de su fruto y comió; luego
se lo dio a su marido, que estaba con ella, y él también comió.
7
Entonces se abrieron los ojos de los dos y descubrieron que
estaban desnudos.
Por
eso se hicieron unos taparrabos, entretejiendo hojas de higuera.
8
Al oír la voz del Señor Dios que se paseaba por el jardín, a la
hora en que sopla la brisa, se ocultaron de él, entre los árboles
del jardín.
9
Pero el Señor Dios llamó al hombre y le dijo:
«¿Dónde
estás?».
10
«Oí tus pasos
por el jardín, respondió él, y
tuve miedo porque estaba desnudo. Por eso me escondí».
11
El replicó:
«¿Y
quién te dijo que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol que
yo te prohibí?».
12
El hombre respondió:
«La
mujer que pusiste a mi lado me dio el fruto y yo comí de él».
13
El Señor Dios dijo a la mujer:
«¿Cómo
hiciste semejante cosa?».
La
mujer respondió:
«La
serpiente me sedujo
y comí».
La
maldición de la serpiente
14
Y el Señor Dios dijo a la serpiente:
«Por
haber hecho esto, maldita
seas entre todos los animales domésticos y entre todos los animales
del campo.
Te
arrastrarás sobre tu vientre, y
comerás polvo todos los días de tu
vida.
Protoevangelio
15
Pondré enemistad
entre ti
y la mujer,
entre tu linaje
y el suyo.
Él
te
aplastará la
cabeza y tú
le acecharás
el talón».
Comentario
15
Pondré enemistad entre ti y la mujer
[María la Nueva Eva], entre tu linaje [la serpiente y
sus hijos espirituales] y el suyo [el linaje de María, María
y sus hijos espirituales de la Iglesia].
Él
[el linaje de María: la Sagrada Familia con José, María y Jesús,
la Iglesia, nosotros como sus hijos espirituales y todos los pueblos]
te
aplastará la cabeza y tú
le acecharás
[observarás, aguardarás cautelosamente] el talón».
Caín
y Abel
Capítulo
4
La
perversión de los falsos maestros:
Judas 11:
11 ¡Ay de ellos! Porque siguieron el camino de
Caín
1
El hombre se unió a Eva, su mujer, y ella concibió y dio a luz a
Caín.
Entonces
dijo:
“He
procreado un varón, con la ayuda del Señor”.
3
Al cabo de un tiempo, Caín presentó como ofrenda al Señor algunos
frutos del suelo, 4
mientras que Abel le ofreció las primicias y lo mejor de su rebaño.
Caín
se mostró muy resentido y agachó la cabeza.
“¿Por
qué estás resentido y tienes la cabeza baja?
si
obras mal, el pecado está agazapado a la puerta y te acecha, pero tú
debes dominarlo”.
8
Caín dijo a su hermano Abel:
“Vamos
afuera”.
Y
cuando estuvieron en el campo, se abalanzó sobre su hermano y lo
mató.
“¿Dónde
está tu hermano Abel?”.
“No
lo sé”, respondió Caín. “¿Acaso
yo soy el guardián de mi hermano?”.
“¿Qué
has hecho? ¡Escucha! La sangre de tu hermano grita hacia mí desde
el suelo.
11 Por eso maldito seas lejos del suelo que abrió sus fauces para recibir la sangre de tu hermano derramada por ti.
“Mi
castigo es demasiado grande para poder sobrellevarlo.
14
Hoy me
arrojas lejos del suelo fértil; yo tendré que ocultarme de tu
presencia y andar por la tierra errante y vagabundo, y el primero que
me salga al paso me matará”.
Y
el Señor puso una marca a Caín, para que al encontrarse con él,
nadie se atreviera a matarlo.
ÉXODO
La
institución de la Pascua
Capítulo
12
Al
verla, yo pasaré de largo, y así ustedes se libarán del golpe del
Exterminador,
cuando yo castigue al país de Egipto.
La
celebración de la Pascua
23
Porque el Señor pasará para castigar a Egipto; pero al ver la
sangre en el dintel y en los dos postes, pasará de largo por aquella
puerta, y no permitirá que el Exterminador entre en
sus casas para castigarlos.
Los
israelitas perseguidos por los egipcios
Capítulo
14
Exorcismal
1614: Dios, a través de su siervo Moisés,
sumergió en el abismo a Satanás y su malicia, en la persona del
Faraón y de su ejército.
5
Cuando informaron al rey de Egipto que el pueblo había huido, el
Faraón y sus servidores cambiaron de idea con respecto al pueblo, y
exclamaron:
“¿Qué
hemos hecho? Dejando partir a Israel, nos veremos privados de sus
servicios”.
6 Entonces el Faraón hizo enganchar su carro de guerra y alistó sus tropas.
8
El Señor endureció el corazón del Faraón, el rey de Egipto, y
este se lanzó en persecución de los israelitas, mientras ellos
salían triunfalmente.
9
Los egipcios los persiguieron con los caballos y los carros de guerra
del Faraón, los conductores de los carros y todo su ejército;
y
los alcanzaron cuando estaban acampados junto al mar, cerca de
Pihajirot, frente a Baal Sefón.
10 Cuando el Faraón ya estaba cerca, los israelitas levantaron los ojos y, al ver que los egipcios avanzaban detrás de ellos, se llenaron de pánico e invocaron a gritos al Señor.
“¿No
había tumbas en Egipto para que nos trajeras a morir en el desierto?
¿Qué
favor nos has hecho sacándonos de allí?
12
Ya te lo decíamos cuando estábamos en Egipto:
‘¡Déjanos
tranquilos! Queremos servir a los egipcios, porque más vale estar al
servicio de ellos que morir en el desierto’”.
13
Moisés respondió al pueblo:
“¡No
teman!
Manténganse
firmes, porque hoy mismo ustedes van a ver lo que hará el Señor
para salvarlos.
A
esos egipcios que están viendo hoy, nunca más los volverán a ver.
El
paso del Mar Rojo
15
Después el Señor dijo a Moisés:
“¿Por
qué me invocas con esos gritos?
Ordena
a los israelitas que reanuden la marcha.
16
Y tú, con el bastón en alto, extiende tu
mano sobre el mar y divídelo en dos, para que puedan cruzarlo a pie.
17
Yo voy a endurecer el corazón de los
egipcios, y ellos entrarán en el mar detrás de los israelitas.
Así
me cubriré de gloria a expensas del Faraón y de su ejército, de
sus carros y de sus guerreros.
18
Los egipcios sabrán que soy el Señor,
cuando yo me cubra de gloria a expensas del Faraón, de sus carros y
de sus guerreros”.
19 El Ángel de Dios, que avanzaba al frente del campamento de Israel, retrocedió hasta colocarse detrás de ellos;
y
la columna de nube se desplazó también de adelante hacia atrás, 20
interponiéndose entre el campamento egipcio y el de Israel.
La
nube era tenebrosa para unos, mientras que para los otros iluminaba
la noche, de manera que en toda la noche no pudieron acercarse los
unos a los otros.
21 Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo retroceder el mar con un fuerte viento del este, que sopló toda la noche y transformó el mar en tierra seca.
Las
aguas se abrieron, 22 y los israelitas entraron a pie en
el cauce del mar, mientras las aguas formaban una muralla a derecha e
izquierda.
23
Los egipcios los persiguieron, y toda la caballería del Faraón, sus
carros y sus guerreros, entraron detrás de ellos en medio del mar.
24
Cuando estaba por despuntar el alba, el Señor observó las tropas
egipcias desde la columna de fuego y de nube, y sembró la confusión
entre ellos.
Los
egipcios exclamaron:
“Huyamos
de Israel, porque el Señor combate en favor de ellos contra Egipto”.
26 El Señor dijo a Moisés:
“Extiende
tu mano sobre el mar, para que las aguas se vuelvan contra los
egipcios, sus carros y sus guerreros”.
Los
egipcios ya habían emprendido la huida, pero se encontraron con las
aguas, y el Señor los hundió en el mar.
28
Las aguas envolvieron totalmente a los carros y a los guerreros de
todo el ejército del Faraón que habían entrado en medio del mar
para perseguir a los israelitas.
Ni
uno solo se salvó.
29
Los israelitas, en cambio, fueron caminando por el cauce seco del
mar, mientras las aguas formaban una muralla, a derecha e izquierda.
30
Aquel día, el Señor salvó a Israel de las manos de los egipcios.
Israel vio los cadáveres de los egipcios que yacían a la orilla del mar, 31 y fue testigo de la hazaña que el Señor realizó contra Egipto.
Israel vio los cadáveres de los egipcios que yacían a la orilla del mar, 31 y fue testigo de la hazaña que el Señor realizó contra Egipto.
El
pueblo temió al Señor, y creyó en él y en Moisés, su servidor.
El
canto de Moisés
Capítulo
15
“Cantaré
al Señor,que se ha cubierto de gloria:
él hundió en el mar los caballos y los carros.
él hundió en el mar los caballos y los carros.
Él
es mi Dios y yo lo glorifico,
es el Dios de mi padre y yo proclamo su grandeza.
3 El Señor es un guerrero,
su nombre es ‘Señor’.
es el Dios de mi padre y yo proclamo su grandeza.
3 El Señor es un guerrero,
su nombre es ‘Señor’.
4
Él arrojó al mar los carros del Faraón y su ejército,
lo mejor de sus soldados se hundió en el Mar Rojo.
lo mejor de sus soldados se hundió en el Mar Rojo.
5
El abismo los cubrió,
cayeron como una piedra en lo profundo del mar.
6 Tu mano, Señor, resplandece por su fuerza,
tu mano, Señor, aniquila al enemigo.
cayeron como una piedra en lo profundo del mar.
6 Tu mano, Señor, resplandece por su fuerza,
tu mano, Señor, aniquila al enemigo.
7
Con la inmensidad de tu gloria
derribas a tus adversarios,
desatas tu furor,
que los consume como paja.
derribas a tus adversarios,
desatas tu furor,
que los consume como paja.
8
Al soplo de tu ira se agolparon las aguas,
las olas se levantaron como un dique,
se hicieron compactos los abismos del mar.
9 El enemigo decía:
las olas se levantaron como un dique,
se hicieron compactos los abismos del mar.
9 El enemigo decía:
‘Los
perseguiré,
los alcanzaré,
repartiré sus despojos,
saciaré mi avidez,
desenvainaré la espada,
mi mano los destruirá’.
10 Tú soplaste con tu aliento,
y el mar los envolvió;
se hundieron como plomo en las aguas formidables.
los alcanzaré,
repartiré sus despojos,
saciaré mi avidez,
desenvainaré la espada,
mi mano los destruirá’.
10 Tú soplaste con tu aliento,
y el mar los envolvió;
se hundieron como plomo en las aguas formidables.
11 ¿Quién es como tú, Señor,entre los dioses?
¿Quién, como tú, es admirable entre los santos,
terrible por tus hazañas, autor de maravillas?
13
Guías con tu fidelidad al pueblo que has rescatado
y lo conduces con tu poder hacia tu santa morada.
14 Tiemblan los pueblos al oír la noticia:
los habitantes de Filistea se estremecen,
15 cunde el pánico entre los jefes de Edom,
un temblor sacude a los príncipes de Moab,
desfallecen todos los habitantes de Canaán.
y lo conduces con tu poder hacia tu santa morada.
14 Tiemblan los pueblos al oír la noticia:
los habitantes de Filistea se estremecen,
15 cunde el pánico entre los jefes de Edom,
un temblor sacude a los príncipes de Moab,
desfallecen todos los habitantes de Canaán.
16
El pánico y el terror los invaden,
la fuerza de tu brazo los deja petrificados,
hasta que pasa tu pueblo, Señor,
hasta que pasa el pueblo que tú has adquirido.
la fuerza de tu brazo los deja petrificados,
hasta que pasa tu pueblo, Señor,
hasta que pasa el pueblo que tú has adquirido.
17
Tú lo llevas y lo plantas en la montaña de tu herencia,
en el lugar que preparaste para tu morada,
en el Santuario, Señor, que fundaron tus manos.
18 ¡El Señor reina eternamente!”.
19 Cuando la caballería del Faraón, con sus carros y sus guerreros, entró en medio del mar, el Señor hizo que las aguas se volvieran contra ellos;
en el lugar que preparaste para tu morada,
en el Santuario, Señor, que fundaron tus manos.
18 ¡El Señor reina eternamente!”.
19 Cuando la caballería del Faraón, con sus carros y sus guerreros, entró en medio del mar, el Señor hizo que las aguas se volvieran contra ellos;
los
israelitas, en cambio, cruzaron el mar como si fuera tierra firme.
20 Entonces Miriam, la profetisa, que era hermana de Aarón, tomó en sus manos un tamboril, y todas las mujeres iban detrás de ella, con tamboriles y formando coros de baile.
“Canten
al Señor, que se ha cubierto de gloria:
él hundió en el mar los caballos y los carros”.
él hundió en el mar los caballos y los carros”.
Capítulo
20
2
Yo soy el Señor tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar de
esclavitud.
3
No tendrás dioses extraños delante de mi.
4
No te harás ninguna escultura y ninguna imagen de lo que hay arriba,
en el cielo, o abajo, en la tierra, o debajo de la tierra, en las
aguas.
5
No te postrarás ante ellas, ni les rendirás culto; porque yo soy el
Señor, tu Dios, un Dios celoso, que castigo la maldad de los padres
en los hijos, hasta la tercera y cuarta generación, si ellos me
aborrecen;
6
y tengo misericordia a lo largo de mil generaciones, si me aman y
cumplen mis mandamientos.
Capítulo
22
Capítulo
23
Ni
siquiera pronunciarán el nombre de otros dioses: que nadie lo oiga
en boca de ustedes.
LEVÍTICO
El
gran Día de la Expiación
Capítulo
16
7
Luego tomará los dos chivos y los presentará delante del
Señor, a la entrada de la Carpa del Encuentro.
8
En seguida echará las suertes sobre los dos chivos: una suerte para
el Señor y la otra para Azazel.
9
Presentará el chivo que la suerte haya destinado al Señor, y lo
ofrecerá como sacrificio por el pecado.
10
En cuanto al chivo destinado por la suerte a Azazel,
será puesto vivo delante del Señor, a fin de enviarlo al desierto
para Azazel.
...20
Cuando haya terminado de practicar el rito de expiación por el
Santuario, por la Carpa del Encuentro y por el altar, presentará el
chivo que todavía está vivo,
21 Aarón impondrá sus dos manos sobre la cabeza del animal y confesará sobre él todas las iniquidades y transgresiones de los israelitas, cualesquiera sean los pecados que hayan cometido, cargándolas sobre la cabeza del chivo.
Entonces
lo enviará al desierto por medio de un hombre designado para ello.
22
El chivo llevará sobre sí, hacia una región inaccesible, todas las
iniquidades que ellos hayan cometido; y el animal será soltado en el
desierto.
…26
El hombre encargado de soltar el chivo para Azazel
deberá lavar su ropa y bañarse con agua; después podrá entrar de
nuevo en el campamento.
Reglas
para la inmolación de animales
Capítulo
17
1
El Señor dijo a Moisés:
2
Habla a Aarón, a sus hijos y a todos los
israelitas, y diles:
El
Señor ha dado esta orden:
3
Si un hombre de la casa de Israel inmola un buey, una oveja o una
cabra dentro del campamento o fuera de él, 4 y no lo
lleva a la entrada de la Carpa del Encuentro para presentarlo como
ofrenda al Señor, delante de su Morada, será considerado reo de
sangre:
él
ha derramado sangre, y por eso será excluido de su pueblo.
5
Así está mandado, a fin de que los israelitas traigan las víctimas
que ellos suelen sacrificar en campo abierto, y las presenten al
Señor, a la entrada de la Carpa del Encuentro, entregándolas al
sacerdote para que sean ofrecidas al Señor como sacrificio de
comunión.
6
Entonces el sacerdote rociará con esa sangre el altar del Señor, a
la entrada de la Carpa del Encuentro, y hará arder las partes
grasosas como aroma agradable al Señor.
7
De esta manera, los israelitas dejarán de ofrecer sacrificios
a los sátiros, detrás de los cuales se están
prostituyendo.
Este
será para ellos un decreto válido para siempre, a lo largo de las
generaciones.
Prescripciones
morales y rituales
Capítulo
19
4
No se volverán hacia los ídolos ni se fabricarán dioses de metal
fundido. Yo soy el Señor, su Dios.
27 No se cortarán el borde de la cabellera en forma de círculo [1], ni cortarás el borde de tu barba [2].
[1]
Jeremías 9, 26: corte del cabello
como la tonsura hecho entre los árabes por razones supersticiosas y
religiosas. También Herodoto III, 8; La Biblia de Montserrat
(BdMont)
[2]
Costumbre
religiosa y supersticiosa (BdMont)
28
No se harán incisiones en la carne a causa de los muertos [1],
ni tampoco se harán tatuajes [2]. Yo
soy el Señor.
[1]
Práctica pagana para exteriorizar el duelo
por un difunto; acto cultual basado en creencias supersticiosas y de
falsos dioses. (BdeMont)
[2]
Realizados por razones de superstición, de
ostentación de las propias creencias o por el recuerdo de un
peregrinaje a un célebre santuario (BdMont)
29
No profanarás a tu hija, prostituyéndola [1],
no sea que también la tierra se prostituya y se llene de
depravación.
[1]
Convirtiéndola
en una prostituta, sagrada o no, o consagrada a una falsa divinidad
(BdeMont)
31
No acudirán a los espíritus de los muertos ni consultarán a
otros espíritus, haciéndose impuros a causa de ellos. Yo soy el
Señor, su Dios. [1]
[1]
Evocadores de espíritus o nigromantes
(BdMont)
Faltas
cultuales y sexuales castigadas con la muerte
Capítulo
20
6
Y si una persona consulta a los espíritus de los
muertos o a otros espíritus, y se prostituye
detrás de ellos, yo volveré mi rostro contra esa persona y la
extirparé de su pueblo. [1]
[1]
Es una prostitución intentar penetrar en
los secretos reservados por Dios: cosas ocultas y hechos futuros
(BdMont]
Lo
puro y lo impuro
26
Ustedes serán santos, porque yo, el Señor, soy santo, y los separé
de los otros pueblos, para que me pertenezcan.
27
El hombre o la mujer que consulten a los muertos
o a otros espíritus, serán castigados con la muerte:
los matarán a pedradas, y su sangre caerá sobre ellos.
NÚMEROS
Rebelión
de Coré, Datán, Abirón, On y 250 israelitas jefes de comunidad
Capítulo
16
La
perversión de los falsos maestros:
Judas 11:
11 ¡Ay de ellos! Porque siguieron el camino de
Caín; por amor al dinero cayeron en el extravío de Balaam y
perecieron en la rebelión de Coré.
1
Coré –hijo de Ishar, hijo de Quehat, hijo de Leví– junto
con Datán y Abirón, hijos de Eliab, y On, hijo de
Pelet –estos últimos eran descendientes de Rubén– decidieron 2
sublevarse contra Moisés, secundados por otros doscientos
cincuenta israelitas, todos ellos jefes de la comunidad,
representantes de la asamblea y personas de renombre.
3 Se amotinaron contra Moisés y Aarón, y les dijeron:
“¡Ustedes
se han excedido en sus atribuciones!
Toda
la comunidad es sagrada, y el Señor está en medio de ella.
¿Por
qué entonces ustedes [Moisés
y Aaron] se ponen por encima
de la asamblea del Señor?”.
5
Luego dijo a Coré y a todos sus secuaces:
“Mañana,
el Señor pondrá de manifiesto quién es el que le pertenece y quién
está consagrado; y permitirá que se le acerque el que ha sido
elegido por él.
tú,
Coré, y todos tus secuaces, tomen unos incensarios, 7
pongan fuego en ellos, y mañana échenles
incienso en la presencia del Señor.
Aquel
a quien el Señor elija será el consagrado.
¡Ustedes,
hijos de Leví [Coré y los rebeldes], se han excedido en sus
atribuciones!”.
“Escúchenme,
hijos de Leví.
9
¿No les basta que el Señor los haya
separado de toda la comunidad de Israel y los haya acercado a él,
para prestar servicios en la Morada del Señor y para estar como
ministros al frente de la comunidad?
10
El Señor te promovió a ti y a todos tus
hermanos, los descendientes de Leví, ¿y todavía reclaman el
sacerdocio?
Porque
¿quién es Aarón para que ustedes protesten contra él?”.
12 Moisés mandó llamar a Datán y a Abirón, hijos de Eliab.
Pero
ellos replicaron:
“¡No
iremos!
13
¿No te basta con habernos sacado de una
tierra que mana leche y miel, para hacernos morir en el desierto, que
todavía quieres dominarnos?
14
El lugar al que nos has traído no es una
tierra que mana leche y miel, y no nos has dado como herencia campos
y viñedos.
¿O
pretendes impedir que esta gente vea?
No
iremos”.
15 Moisés se indignó profundamente y dijo al Señor:
“No
aceptes su oblación.
Yo no les he quitado ni un solo asno ni he perjudicado a ninguno de ellos”.
Castigo
de los rebeldes
“Tú
y tus secuaces comparecerán mañana delante del Señor, y también
comparecerá Aarón.
17 Cada uno de ustedes tomará su incensario, le pondrá incienso y lo ofrecerá al Señor: serán doscientos cincuenta incensarios en total.
También
tú y Aarón llevarán cada uno el suyo”.
Luego
ocuparon sus puestos a la entrada de la Carpa del Encuentro, junto
con Moisés y Aarón.
19
Y una vez que Coré convocó contra ellos a toda la comunidad,
a la entrada de la Carpa del Encuentro, la gloria del Señor se
apareció a toda la comunidad, 20 y el Señor dijo a
Moisés y a Aarón: 21
“Sepárense
de esta comunidad, porque los voy a exterminar en un instante”.
“Dios,
tú que das el aliento a todos los vivientes, ¿te vas a irritar
contra toda la comunidad cuando el que peca es uno solo?”.
24 “Habla en estos términos a la comunidad:
‘Aléjense de los alrededores de la morada de Coré, Datán y Abirón’”.
25 Moisés se levantó, fue adonde estaban Datán y Abirón, seguido de los ancianos de Israel, 26 y dijo a la comunidad:
“Apártense
de las carpas de estos hombres perversos y no toquen nada de lo que
les pertenece, porque de lo contrario también ustedes serán
exterminados a causa de sus pecados”.
27
Y todos se separaron de las moradas de Coré, Datán y Abirón.
Datán y Abirón, por su parte, salieron y se pusieron de pie a la entrada de sus carpas, junto con sus mujeres, sus hijos y sus pequeños.
28
Moisés dijo:
“En
esto conocerán que ha sido el Señor el que me envió a hacer estas
cosas, y que no es un capricho mío:
29
si estos hombres mueren de muerte natural y
su suerte es igual a la de todos los hombres, no ha sido el Señor el
que me envió.
30
Pero si el Señor realiza algo inusitado –si
la tierra abre sus fauces para tragarlos con todos sus bienes y ellos
bajan vivos al Abismo– ustedes sabrán que esta gente ha
despreciado al Señor”.
31
Apenas Moisés terminó de pronunciar estas palabras, el suelo se
partió debajo de sus pies, 32 la tierra abrió sus fauces
y los tragó junto con sus familias, con toda la gente de Coré y con
todos sus bienes.
33
Ellos bajaron vivos al Abismo, con todo lo que les pertenecía.
La
tierra los cubrió y desaparecieron de en medio de la asamblea.
“¡Que
no nos trague la tierra!”.
35
Luego bajó fuego del Señor y consumió a los doscientos
cincuenta hombres que habían ofrecido incienso.
Balaam
Capítulo
22
La
perversión de los falsos maestros: Judas 11:
11
¡Ay de ellos! Porque siguieron el camino de Caín; por amor al
dinero cayeron en el extravío de Balaam y perecieron en la rebelión
de Coré
1
Luego los israelitas reanudaron la marcha y fueron a acampar en las
estepas de Moab, al otro lado del Jordán, a la altura de Jericó.
2
Balac, hijo de Sipor, vio todo lo que los israelitas habían hecho a
los amorreos, 3 y los moabitas sintieron un gran temor a
la vista de ese pueblo tan numeroso.
“Ahora
esta turba va a devorarlo todo a nuestro alrededor como un buey
devora la hierba del campo”.
Entonces
Balac, hijo de Sipor, que era rey de Moab en aquel tiempo, 5
envió unos mensajeros a Balaam, hijo de Beor –que vivía en Petor,
junto al Éufrates, en el país de los descendientes de Amav– para
que le hicieran esta invitación:
“Un
pueblo que salió de Egipto y cubrió toda la tierra se ha
establecido frente a mí.
Tal
vez así podré derrotarlo y expulsarlo del país.
Porque
yo sé que el que tú bendices, queda bendecido, y el que maldices,
queda maldecido”.
Supervivencia
de los hijos de Coré
Capítulo
26
2
“Hagan un censo de toda la comunidad de
los israelitas, anotando por familias a todos los que tengan más de
veinte años, a los aptos para la guerra en Israel”.
...5
Los clanes de los descendientes de Rubén, el primogénito de Israel,
fueron: de Janoc, el clan de los janoquitas; de Palú,
el clan de los paluitas; 6 de Jesrón, el clan de
los jesronitas; de Carmí, el clan de los carmitas.
8 El hijo de Palú fue Eliab. 9 Los hijos de Eliab fueron Nemuel, Datán y Abirón.
Datán
y Abirón –representantes de la comunidad– son los
mismos que se amotinaron contra Moisés y Aarón, junto con los
secuaces de Coré, cuando se produjo el amotinamiento contra el
Señor.
10
Después de lo cual la tierra abrió sus fauces y los devoró junto
con Coré, cuando murió aquel
grupo y el fuego devoró a los doscientos cincuenta hombres, para que
sirvieran de escarmiento.
Perpetuación
del castigo de Coré como escarmiento a las generaciones
Capítulo
17
2
“Manda a Eleazar, hijo del sacerdote
Aarón, que retire los incensarios de en medio de las brasas y que
desparrame el fuego en otra parte, porque esos incensarios han sido
santificados.
3
Retiren los incensarios de aquellos que
murieron por haber pecado, y hagan con ellos láminas de metal para
recubrir el altar.
Porque
al ser usados para ofrecer incienso delante del Señor, quedaron
santificados. Así servirán de signo para los israelitas”.
4
El sacerdote Eleazar tomó los incensarios de bronce que habían
usado para la ofrenda los que murieron carbonizados, y los mandó
martillar hasta convertirlos en láminas para recubrir el altar.
5
Estas debían recordar a los israelitas que ningún extraño –alguien
que no fuera descendiente de Aarón– podía atreverse a ofrecer
incienso delante del Señor, a fin de no correr la misma suerte que
Coré y sus secuaces, según lo había predicho el Señor por medio
de Moisés.
DEUTERONOMIO
Los
profetas
Capítulo
18
9
Cuando entre en la tierra que el Señor, tu Dios, te dará, no
aprendas a practicar las abominaciones que cometen esas naciones.
10
Que no haya entre ustedes nadie que inmole en el fuego a su
hijo o a su hija, ni practique la adivinación,
la astrología, la magia o la hechicería.
11
Tampoco hará ningún encantador, ni consultor de
espectros o de espíritus, ni evocador de
muertos.
12
Porque todo el que practica estas cosas es abominable al Señor, tu
Dios, y por causa de estas abominaciones. él desposeerá a esos
pueblos delante de ti.
13
Tú serás irreprochable en tu trato con el Señor, tu Dios.
...20 Y si un
profeta se atreve a pronunciar en mi Nombre una palabra que yo no le
he ordenado decir, o si habla en nombre de otros dioses,
ese profeta morirá”.
El
canto de Moisés
Capítulo
32
15
Así engordó Jesurún [Israel] y dio patadas –¡sí,
engordaste, te pusiste obeso y corpulento!–.
El rechazó al Dios que lo creó, despreció a su Roca salvadora.
16
Provocaron sus celos con dioses extraños, lo irritaron
con abominaciones.
17
Ofrecieron sacrificios a demonios
[1]
que no son Dios, a dioses que no conocían, a
dioses nuevos, recién llegados, que sus padres no
habían venerado.
[1]
Schedim, Salmo 106,37
18
Así despreciaste a la Roca que te engendró. olvidaste al Dios que
te hizo nacer.
19
Al ver esto, el Señor se indignó y desechó a sus hijos y a sus
hijas.
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