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I.- BIBLIA - Demonios - Pentateuco

  GÉNESIS   

La tentación y el pecado del hombre

Capítulo 3

1 La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que el Señor Dios había hecho, y dijo a la mujer:

«¿Así que Dios les ordenó que no comieran de ningún árbol del jardín?».


2 La mujer le respondió:

«Podemos comer los frutos de todos los árboles del jardín.

3 Pero respecto del árbol que está en medio del jardín, Dios nos ha dicho:

«No coman de él ni lo toquen, porque de lo contrario quedarán sujetos a la muerte».

 
4 La serpiente dijo a la mujer:

«No, no morirán.

5 Dios sabe muy bien que cuando ustedes coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y serán como dioses, conocedores del bien y del mal».


6 Cuando la mujer vio que el árbol era apetitoso para comer, agradable a la vista y deseable para adquirir discernimiento, tomó de su fruto y comió; luego se lo dio a su marido, que estaba con ella, y él también comió.

7 Entonces se abrieron los ojos de los dos y descubrieron que estaban desnudos.

Por eso se hicieron unos taparrabos, entretejiendo hojas de higuera.

8 Al oír la voz del Señor Dios que se paseaba por el jardín, a la hora en que sopla la brisa, se ocultaron de él, entre los árboles del jardín.

9 Pero el Señor Dios llamó al hombre y le dijo:

«¿Dónde estás?».

10 «Oí tus pasos por el jardín, respondió él, y tuve miedo porque estaba desnudo. Por eso me escondí».

11 El replicó:

«¿Y quién te dijo que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol que yo te prohibí?».

12 El hombre respondió:

«La mujer que pusiste a mi lado me dio el fruto y yo comí de él».

13 El Señor Dios dijo a la mujer:

«¿Cómo hiciste semejante cosa?».

La mujer respondió:

«La serpiente me sedujo y comí».


La maldición de la serpiente

14 Y el Señor Dios dijo a la serpiente:

«Por haber hecho esto, maldita seas entre todos los animales domésticos y entre todos los animales del campo.

Te arrastrarás sobre tu vientre, y comerás polvo todos los días de tu vida.


Protoevangelio

15 Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo. Él te aplastará la cabeza y le acecharás el talón».


 
Comentario

15 Pondré enemistad entre ti y la mujer [María la Nueva Eva], entre tu linaje [la serpiente y sus hijos espirituales] y el suyo [el linaje de María, María y sus hijos espirituales de la Iglesia].

Él [el linaje de María: la Sagrada Familia con José, María y Jesús, la Iglesia, nosotros como sus hijos espirituales y todos los pueblos] te aplastará la cabeza y le acecharás [observarás, aguardarás cautelosamente] el talón».



Caín y Abel

Capítulo 4

La perversión de los falsos maestros: Judas 11: 11 ¡Ay de ellos! Porque siguieron el camino de Caín

 
1 El hombre se unió a Eva, su mujer, y ella concibió y dio a luz a Caín.

Entonces dijo:

He procreado un varón, con la ayuda del Señor”.

2 Más tarde dio a luz a Abel, el hermano de Caín, Abel fue pastor de ovejas y Caín agricultor.

3 Al cabo de un tiempo, Caín presentó como ofrenda al Señor algunos frutos del suelo, 4 mientras que Abel le ofreció las primicias y lo mejor de su rebaño.

El Señor miró con agrado a Abel y su ofrenda, 5 pero no miró a Caín ni su ofrenda.

Caín se mostró muy resentido y agachó la cabeza.

6 El Señor le dijo:

¿Por qué estás resentido y tienes la cabeza baja?

7 Si obras bien podrás mantenerla erguida;

si obras mal, el pecado está agazapado a la puerta y te acecha, pero tú debes dominarlo”.

8 Caín dijo a su hermano Abel:

Vamos afuera”.

Y cuando estuvieron en el campo, se abalanzó sobre su hermano y lo mató.

9 Entonces el Señor preguntó a Caín:

¿Dónde está tu hermano Abel?”.

No lo sé”, respondió Caín. “¿Acaso yo soy el guardián de mi hermano?”.

10 Pero el Señor le replicó:

¿Qué has hecho? ¡Escucha! La sangre de tu hermano grita hacia mí desde el suelo.

11 Por eso maldito seas lejos del suelo que abrió sus fauces para recibir la sangre de tu hermano derramada por ti.
 
12 Cuando lo cultives, no te dará más su fruto, y andarás por la tierra errante y vagabundo”.
 
13 Caín respondió al Señor:
 
Mi castigo es demasiado grande para poder sobrellevarlo.
 
14 Hoy me arrojas lejos del suelo fértil; yo tendré que ocultarme de tu presencia y andar por la tierra errante y vagabundo, y el primero que me salga al paso me matará”.

15 “Si es así, le dijo el Señor, el que mate a Caín deberá pagarlo siete veces”.
 
Y el Señor puso una marca a Caín, para que al encontrarse con él, nadie se atreviera a matarlo.

16 Luego Caín se alejó de la presencia del Señor y fue a vivir a la región de Nod, al este de Edén.



ÉXODO

La institución de la Pascua

Capítulo 12

13 La sangre les servirá de señal para indicar las casas donde ustedes estén.

Al verla, yo pasaré de largo, y así ustedes se libarán del golpe del Exterminador, cuando yo castigue al país de Egipto.

 
La celebración de la Pascua

23 Porque el Señor pasará para castigar a Egipto; pero al ver la sangre en el dintel y en los dos postes, pasará de largo por aquella puerta, y no permitirá que el Exterminador entre en sus casas para castigarlos.

 
Los israelitas perseguidos por los egipcios

Capítulo 14

Exorcismal 1614: Dios, a través de su siervo Moisés, sumergió en el abismo a Satanás y su malicia, en la persona del Faraón y de su ejército.

 
5 Cuando informaron al rey de Egipto que el pueblo había huido, el Faraón y sus servidores cambiaron de idea con respecto al pueblo, y exclamaron:

¿Qué hemos hecho? Dejando partir a Israel, nos veremos privados de sus servicios”.

6 Entonces el Faraón hizo enganchar su carro de guerra y alistó sus tropas.


7 Tomó seiscientos carros escogidos y todos los carros de Egipto, con tres hombres en cada uno.

8 El Señor endureció el corazón del Faraón, el rey de Egipto, y este se lanzó en persecución de los israelitas, mientras ellos salían triunfalmente.

9 Los egipcios los persiguieron con los caballos y los carros de guerra del Faraón, los conductores de los carros y todo su ejército;

y los alcanzaron cuando estaban acampados junto al mar, cerca de Pihajirot, frente a Baal Sefón.

10 Cuando el Faraón ya estaba cerca, los israelitas levantaron los ojos y, al ver que los egipcios avanzaban detrás de ellos, se llenaron de pánico e invocaron a gritos al Señor.


11 Y dijeron a Moisés:

¿No había tumbas en Egipto para que nos trajeras a morir en el desierto?

¿Qué favor nos has hecho sacándonos de allí?

12 Ya te lo decíamos cuando estábamos en Egipto:

¡Déjanos tranquilos! Queremos servir a los egipcios, porque más vale estar al servicio de ellos que morir en el desierto’”.

13 Moisés respondió al pueblo:

¡No teman!

Manténganse firmes, porque hoy mismo ustedes van a ver lo que hará el Señor para salvarlos.

A esos egipcios que están viendo hoy, nunca más los volverán a ver.

14 El Señor combatirá por ustedes, sin que ustedes tengan que preocuparse por nada”.


El paso del Mar Rojo

15 Después el Señor dijo a Moisés:

¿Por qué me invocas con esos gritos?

Ordena a los israelitas que reanuden la marcha.

16 Y tú, con el bastón en alto, extiende tu mano sobre el mar y divídelo en dos, para que puedan cruzarlo a pie.

17 Yo voy a endurecer el corazón de los egipcios, y ellos entrarán en el mar detrás de los israelitas.

Así me cubriré de gloria a expensas del Faraón y de su ejército, de sus carros y de sus guerreros.

18 Los egipcios sabrán que soy el Señor, cuando yo me cubra de gloria a expensas del Faraón, de sus carros y de sus guerreros”.

19 El Ángel de Dios, que avanzaba al frente del campamento de Israel, retrocedió hasta colocarse detrás de ellos;


y la columna de nube se desplazó también de adelante hacia atrás, 20 interponiéndose entre el campamento egipcio y el de Israel.

La nube era tenebrosa para unos, mientras que para los otros iluminaba la noche, de manera que en toda la noche no pudieron acercarse los unos a los otros.

21 Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo retroceder el mar con un fuerte viento del este, que sopló toda la noche y transformó el mar en tierra seca.


Las aguas se abrieron, 22 y los israelitas entraron a pie en el cauce del mar, mientras las aguas formaban una muralla a derecha e izquierda.

23 Los egipcios los persiguieron, y toda la caballería del Faraón, sus carros y sus guerreros, entraron detrás de ellos en medio del mar.

24 Cuando estaba por despuntar el alba, el Señor observó las tropas egipcias desde la columna de fuego y de nube, y sembró la confusión entre ellos.

25 Además, frenó las ruedas de sus carros de guerra, haciendo que avanzaran con dificultad.

Los egipcios exclamaron:

Huyamos de Israel, porque el Señor combate en favor de ellos contra Egipto”.

26 El Señor dijo a Moisés:


Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas se vuelvan contra los egipcios, sus carros y sus guerreros”.

27 Moisés extendió su mano sobre el mar y, al amanecer, el mar volvió a su cauce.

Los egipcios ya habían emprendido la huida, pero se encontraron con las aguas, y el Señor los hundió en el mar.

28 Las aguas envolvieron totalmente a los carros y a los guerreros de todo el ejército del Faraón que habían entrado en medio del mar para perseguir a los israelitas.

Ni uno solo se salvó.

29 Los israelitas, en cambio, fueron caminando por el cauce seco del mar, mientras las aguas formaban una muralla, a derecha e izquierda.

30 Aquel día, el Señor salvó a Israel de las manos de los egipcios.

Israel vio los cadáveres de los egipcios que yacían a la orilla del mar, 31 y fue testigo de la hazaña que el Señor realizó contra Egipto.

El pueblo temió al Señor, y creyó en él y en Moisés, su servidor.


El canto de Moisés

Capítulo 15

1 Entonces Moisés y los israelitas entonaron este canto en honor del Señor:

Cantaré al Señor,que se ha cubierto de gloria:
él hundió en el mar los caballos y los carros.

2 El Señor es mi fuerza y mi protección,
él me salvó.

Él es mi Dios y yo lo glorifico,
es el Dios de mi padre y yo proclamo su grandeza.

3 El Señor es un guerrero,
su nombre es ‘Señor’.

4 Él arrojó al mar los carros del Faraón y su ejército,
lo mejor de sus soldados se hundió en el Mar Rojo.

5 El abismo los cubrió,
cayeron como una piedra en lo profundo del mar.

6 Tu mano, Señor, resplandece por su fuerza,
tu mano, Señor, aniquila al enemigo.

7 Con la inmensidad de tu gloria
derribas a tus adversarios,
desatas tu furor,
que los consume como paja.

8 Al soplo de tu ira se agolparon las aguas,
las olas se levantaron como un dique,
se hicieron compactos los abismos del mar.

9 El enemigo decía:

Los perseguiré,
los alcanzaré,
repartiré sus despojos,
saciaré mi avidez,
desenvainaré la espada,
mi mano los destruirá’.


10 Tú soplaste con tu aliento,
y el mar los envolvió;
se hundieron como plomo en las aguas formidables.

11 ¿Quién es como tú, Señor,entre los dioses?
¿Quién, como tú, es admirable entre los santos,
terrible por tus hazañas, autor de maravillas?


12 Extendiste tu mano y los tragó la tierra.

13 Guías con tu fidelidad al pueblo que has rescatado
y lo conduces con tu poder hacia tu santa morada.

14 Tiemblan los pueblos al oír la noticia:
los habitantes de Filistea se estremecen,
15 cunde el pánico entre los jefes de Edom,
un temblor sacude a los príncipes de Moab,
desfallecen todos los habitantes de Canaán.

16 El pánico y el terror los invaden,
la fuerza de tu brazo los deja petrificados,
hasta que pasa tu pueblo, Señor,
hasta que pasa el pueblo que tú has adquirido.

17 Tú lo llevas y lo plantas en la montaña de tu herencia,
en el lugar que preparaste para tu morada,
en el Santuario, Señor, que fundaron tus manos.


18 ¡El Señor reina eternamente!”.

19 Cuando la caballería del Faraón, con sus carros y sus guerreros, entró en medio del mar, el Señor hizo que las aguas se volvieran contra ellos;

los israelitas, en cambio, cruzaron el mar como si fuera tierra firme.

20 Entonces Miriam, la profetisa, que era hermana de Aarón, tomó en sus manos un tamboril, y todas las mujeres iban detrás de ella, con tamboriles y formando coros de baile.


21 Y Miriam repetía:

Canten al Señor, que se ha cubierto de gloria:
él hundió en el mar los caballos y los carros”.


Capítulo 20

2 Yo soy el Señor tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar de esclavitud.

3 No tendrás dioses extraños delante de mi.

4 No te harás ninguna escultura y ninguna imagen de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo, en la tierra, o debajo de la tierra, en las aguas.

5 No te postrarás ante ellas, ni les rendirás culto; porque yo soy el Señor, tu Dios, un Dios celoso, que castigo la maldad de los padres en los hijos, hasta la tercera y cuarta generación, si ellos me aborrecen;

6 y tengo misericordia a lo largo de mil generaciones, si me aman y cumplen mis mandamientos.


Capítulo 22

17 No dejarás vivir a la hechicera.

...19 El que ofrezca sacrificios a otro dios que no sea el Señor, será condenado al exterminio.


Capítulo 23

13 Ustedes observarán todo lo que les he dicho.

Ni siquiera pronunciarán el nombre de otros dioses: que nadie lo oiga en boca de ustedes.

...27 No blasfemarás contra Dios, ni maldecirás a un jefe de tu pueblo.



LEVÍTICO

El gran Día de la Expiación

Capítulo 16

7 Luego tomará los dos chivos y los presentará delante del Señor, a la entrada de la Carpa del Encuentro.

8 En seguida echará las suertes sobre los dos chivos: una suerte para el Señor y la otra para Azazel.

9 Presentará el chivo que la suerte haya destinado al Señor, y lo ofrecerá como sacrificio por el pecado.

10 En cuanto al chivo destinado por la suerte a Azazel, será puesto vivo delante del Señor, a fin de enviarlo al desierto para Azazel.

...20 Cuando haya terminado de practicar el rito de expiación por el Santuario, por la Carpa del Encuentro y por el altar, presentará el chivo que todavía está vivo,

21 Aarón impondrá sus dos manos sobre la cabeza del animal y confesará sobre él todas las iniquidades y transgresiones de los israelitas, cualesquiera sean los pecados que hayan cometido, cargándolas sobre la cabeza del chivo.

Entonces lo enviará al desierto por medio de un hombre designado para ello.

22 El chivo llevará sobre sí, hacia una región inaccesible, todas las iniquidades que ellos hayan cometido; y el animal será soltado en el desierto.

26 El hombre encargado de soltar el chivo para Azazel deberá lavar su ropa y bañarse con agua; después podrá entrar de nuevo en el campamento.


Reglas para la inmolación de animales

Capítulo 17

1 El Señor dijo a Moisés:

2 Habla a Aarón, a sus hijos y a todos los israelitas, y diles:

El Señor ha dado esta orden:

3 Si un hombre de la casa de Israel inmola un buey, una oveja o una cabra dentro del campamento o fuera de él, 4 y no lo lleva a la entrada de la Carpa del Encuentro para presentarlo como ofrenda al Señor, delante de su Morada, será considerado reo de sangre:

él ha derramado sangre, y por eso será excluido de su pueblo.

5 Así está mandado, a fin de que los israelitas traigan las víctimas que ellos suelen sacrificar en campo abierto, y las presenten al Señor, a la entrada de la Carpa del Encuentro, entregándolas al sacerdote para que sean ofrecidas al Señor como sacrificio de comunión.

6 Entonces el sacerdote rociará con esa sangre el altar del Señor, a la entrada de la Carpa del Encuentro, y hará arder las partes grasosas como aroma agradable al Señor.

7 De esta manera, los israelitas dejarán de ofrecer sacrificios a los sátiros, detrás de los cuales se están prostituyendo.

Este será para ellos un decreto válido para siempre, a lo largo de las generaciones.


Prescripciones morales y rituales

Capítulo 19

4 No se volverán hacia los ídolos ni se fabricarán dioses de metal fundido. Yo soy el Señor, su Dios.

...26 No practicarán la magia ni la adivinación.

27 No se cortarán el borde de la cabellera en forma de círculo [1], ni cortarás el borde de tu barba [2].



[1] Jeremías 9, 26: corte del cabello como la tonsura hecho entre los árabes por razones supersticiosas y religiosas. También Herodoto III, 8; La Biblia de Montserrat (BdMont)

[2] Costumbre religiosa y supersticiosa (BdMont)


28 No se harán incisiones en la carne a causa de los muertos [1], ni tampoco se harán tatuajes [2]. Yo soy el Señor.


[1] Práctica pagana para exteriorizar el duelo por un difunto; acto cultual basado en creencias supersticiosas y de falsos dioses. (BdeMont)

[2] Realizados por razones de superstición, de ostentación de las propias creencias o por el recuerdo de un peregrinaje a un célebre santuario (BdMont)


29 No profanarás a tu hija, prostituyéndola [1], no sea que también la tierra se prostituya y se llene de depravación.


[1] Convirtiéndola en una prostituta, sagrada o no, o consagrada a una falsa divinidad (BdeMont)


31 No acudirán a los espíritus de los muertos ni consultarán a otros espíritus, haciéndose impuros a causa de ellos. Yo soy el Señor, su Dios. [1]


[1] Evocadores de espíritus o nigromantes (BdMont)


Faltas cultuales y sexuales castigadas con la muerte

Capítulo 20

6 Y si una persona consulta a los espíritus de los muertos o a otros espíritus, y se prostituye detrás de ellos, yo volveré mi rostro contra esa persona y la extirparé de su pueblo. [1]


[1] Es una prostitución intentar penetrar en los secretos reservados por Dios: cosas ocultas y hechos futuros (BdMont]


Lo puro y lo impuro

26 Ustedes serán santos, porque yo, el Señor, soy santo, y los separé de los otros pueblos, para que me pertenezcan.

27 El hombre o la mujer que consulten a los muertos o a otros espíritus, serán castigados con la muerte: los matarán a pedradas, y su sangre caerá sobre ellos.



NÚMEROS

Rebelión de Coré, Datán, Abirón, On y 250 israelitas jefes de comunidad

Capítulo 16

La perversión de los falsos maestros: Judas 11: 11 ¡Ay de ellos! Porque siguieron el camino de Caín; por amor al dinero cayeron en el extravío de Balaam y perecieron en la rebelión de Coré.


1 Coré –hijo de Ishar, hijo de Quehat, hijo de Leví– junto con Datán y Abirón, hijos de Eliab, y On, hijo de Pelet –estos últimos eran descendientes de Rubén– decidieron 2 sublevarse contra Moisés, secundados por otros doscientos cincuenta israelitas, todos ellos jefes de la comunidad, representantes de la asamblea y personas de renombre.

3 Se amotinaron contra Moisés y Aarón, y les dijeron:

¡Ustedes se han excedido en sus atribuciones!

Toda la comunidad es sagrada, y el Señor está en medio de ella.

¿Por qué entonces ustedes [Moisés y Aaron] se ponen por encima de la asamblea del Señor?”.

4 Cuando Moisés oyó esto, cayó con el rostro en tierra.

5 Luego dijo a Coré y a todos sus secuaces:

Mañana, el Señor pondrá de manifiesto quién es el que le pertenece y quién está consagrado; y permitirá que se le acerque el que ha sido elegido por él.

6 Por eso, hagan lo siguiente:

tú, Coré, y todos tus secuaces, tomen unos incensarios, 7 pongan fuego en ellos, y mañana échenles incienso en la presencia del Señor.

Aquel a quien el Señor elija será el consagrado.

¡Ustedes, hijos de Leví [Coré y los rebeldes], se han excedido en sus atribuciones!”.

8 Luego Moisés siguió diciendo a Coré:

Escúchenme, hijos de Leví.

9 ¿No les basta que el Señor los haya separado de toda la comunidad de Israel y los haya acercado a él, para prestar servicios en la Morada del Señor y para estar como ministros al frente de la comunidad?

10 El Señor te promovió a ti y a todos tus hermanos, los descendientes de Leví, ¿y todavía reclaman el sacerdocio?

11 En realidad, tú y tus secuaces se han confabulado contra el Señor.

Porque ¿quién es Aarón para que ustedes protesten contra él?”.

12 Moisés mandó llamar a Datán y a Abirón, hijos de Eliab.


Pero ellos replicaron:

¡No iremos!

13 ¿No te basta con habernos sacado de una tierra que mana leche y miel, para hacernos morir en el desierto, que todavía quieres dominarnos?

14 El lugar al que nos has traído no es una tierra que mana leche y miel, y no nos has dado como herencia campos y viñedos.

¿O pretendes impedir que esta gente vea?

No iremos”.

15 Moisés se indignó profundamente y dijo al Señor:

No aceptes su oblación.

Yo no les he quitado ni un solo asno ni he perjudicado a ninguno de ellos”.


Castigo de los rebeldes

16 Entonces Moisés dijo a Coré:

Tú y tus secuaces comparecerán mañana delante del Señor, y también comparecerá Aarón.

17 Cada uno de ustedes tomará su incensario, le pondrá incienso y lo ofrecerá al Señor: serán doscientos cincuenta incensarios en total.

También tú y Aarón llevarán cada uno el suyo”.

18 Cada uno tomó su incensario, le puso fuego y le echó incienso.

Luego ocuparon sus puestos a la entrada de la Carpa del Encuentro, junto con Moisés y Aarón.

19 Y una vez que Coré convocó contra ellos a toda la comunidad, a la entrada de la Carpa del Encuentro, la gloria del Señor se apareció a toda la comunidad, 20 y el Señor dijo a Moisés y a Aarón: 21

Sepárense de esta comunidad, porque los voy a exterminar en un instante”.

22 Pero ellos cayeron con el rostro en tierra y exclamaron:

Dios, tú que das el aliento a todos los vivientes, ¿te vas a irritar contra toda la comunidad cuando el que peca es uno solo?”.

23 El Señor dijo a Moisés:

24 “Habla en estos términos a la comunidad:

Aléjense de los alrededores de la morada de Coré, Datán y Abirón’”.

25 Moisés se levantó, fue adonde estaban Datán y Abirón, seguido de los ancianos de Israel, 26 y dijo a la comunidad:


Apártense de las carpas de estos hombres perversos y no toquen nada de lo que les pertenece, porque de lo contrario también ustedes serán exterminados a causa de sus pecados”.

27 Y todos se separaron de las moradas de Coré, Datán y Abirón.

Datán y Abirón, por su parte, salieron y se pusieron de pie a la entrada de sus carpas, junto con sus mujeres, sus hijos y sus pequeños.


28 Moisés dijo:

En esto conocerán que ha sido el Señor el que me envió a hacer estas cosas, y que no es un capricho mío:

29 si estos hombres mueren de muerte natural y su suerte es igual a la de todos los hombres, no ha sido el Señor el que me envió.

30 Pero si el Señor realiza algo inusitado –si la tierra abre sus fauces para tragarlos con todos sus bienes y ellos bajan vivos al Abismo– ustedes sabrán que esta gente ha despreciado al Señor”.

31 Apenas Moisés terminó de pronunciar estas palabras, el suelo se partió debajo de sus pies, 32 la tierra abrió sus fauces y los tragó junto con sus familias, con toda la gente de Coré y con todos sus bienes.

33 Ellos bajaron vivos al Abismo, con todo lo que les pertenecía.

La tierra los cubrió y desaparecieron de en medio de la asamblea.

34 Al oír sus gritos, todos los israelitas que estaban cerca de ellos huyeron, diciendo:

¡Que no nos trague la tierra!”.

35 Luego bajó fuego del Señor y consumió a los doscientos cincuenta hombres que habían ofrecido incienso.


Balaam

Capítulo 22

La perversión de los falsos maestros: Judas 11: 11 ¡Ay de ellos! Porque siguieron el camino de Caín; por amor al dinero cayeron en el extravío de Balaam y perecieron en la rebelión de Coré

 
1 Luego los israelitas reanudaron la marcha y fueron a acampar en las estepas de Moab, al otro lado del Jordán, a la altura de Jericó.

2 Balac, hijo de Sipor, vio todo lo que los israelitas habían hecho a los amorreos, 3 y los moabitas sintieron un gran temor a la vista de ese pueblo tan numeroso.

Atemorizados por la presencia de los israelitas, 4 los moabitas dijeron a los ancianos de Madián:

Ahora esta turba va a devorarlo todo a nuestro alrededor como un buey devora la hierba del campo”.

Entonces Balac, hijo de Sipor, que era rey de Moab en aquel tiempo, 5 envió unos mensajeros a Balaam, hijo de Beor –que vivía en Petor, junto al Éufrates, en el país de los descendientes de Amav– para que le hicieran esta invitación:

Un pueblo que salió de Egipto y cubrió toda la tierra se ha establecido frente a mí.

6 Ven, por favor, y maldíceme a este pueblo, porque es más fuerte que yo.

Tal vez así podré derrotarlo y expulsarlo del país.

Porque yo sé que el que tú bendices, queda bendecido, y el que maldices, queda maldecido”.


Supervivencia de los hijos de Coré

Capítulo 26

1 el Señor dijo a Moisés y a Eleazar, hijo del sacerdote Aarón:

2 “Hagan un censo de toda la comunidad de los israelitas, anotando por familias a todos los que tengan más de veinte años, a los aptos para la guerra en Israel”.

...5 Los clanes de los descendientes de Rubén, el primogénito de Israel, fueron: de Janoc, el clan de los janoquitas; de Palú, el clan de los paluitas; 6 de Jesrón, el clan de los jesronitas; de Carmí, el clan de los carmitas.

7 Estos eran los clanes de los rubenitas, según el censo: 43.730 hombres.

8 El hijo de Palú fue Eliab. 9 Los hijos de Eliab fueron Nemuel, Datán y Abirón.


Datán y Abirón –representantes de la comunidad– son los mismos que se amotinaron contra Moisés y Aarón, junto con los secuaces de Coré, cuando se produjo el amotinamiento contra el Señor.

10 Después de lo cual la tierra abrió sus fauces y los devoró junto con Coré, cuando murió aquel grupo y el fuego devoró a los doscientos cincuenta hombres, para que sirvieran de escarmiento.

11 Los hijos de Coré, sin embargo, no murieron.


Perpetuación del castigo de Coré como escarmiento a las generaciones

Capítulo 17

1 El Señor dijo a Moisés:

2 “Manda a Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, que retire los incensarios de en medio de las brasas y que desparrame el fuego en otra parte, porque esos incensarios han sido santificados.

3 Retiren los incensarios de aquellos que murieron por haber pecado, y hagan con ellos láminas de metal para recubrir el altar.

Porque al ser usados para ofrecer incienso delante del Señor, quedaron santificados. Así servirán de signo para los israelitas”.

4 El sacerdote Eleazar tomó los incensarios de bronce que habían usado para la ofrenda los que murieron carbonizados, y los mandó martillar hasta convertirlos en láminas para recubrir el altar.

5 Estas debían recordar a los israelitas que ningún extraño –alguien que no fuera descendiente de Aarón– podía atreverse a ofrecer incienso delante del Señor, a fin de no correr la misma suerte que Coré y sus secuaces, según lo había predicho el Señor por medio de Moisés.



DEUTERONOMIO

Los profetas

Capítulo 18

9 Cuando entre en la tierra que el Señor, tu Dios, te dará, no aprendas a practicar las abominaciones que cometen esas naciones.

10 Que no haya entre ustedes nadie que inmole en el fuego a su hijo o a su hija, ni practique la adivinación, la astrología, la magia o la hechicería.

11 Tampoco hará ningún encantador, ni consultor de espectros o de espíritus, ni evocador de muertos.

12 Porque todo el que practica estas cosas es abominable al Señor, tu Dios, y por causa de estas abominaciones. él desposeerá a esos pueblos delante de ti.

13 Tú serás irreprochable en tu trato con el Señor, tu Dios.

...20 Y si un profeta se atreve a pronunciar en mi Nombre una palabra que yo no le he ordenado decir, o si habla en nombre de otros dioses, ese profeta morirá”.


El canto de Moisés

Capítulo 32

15 Así engordó Jesurún [Israel] y dio patadas –¡sí, engordaste, te pusiste obeso y corpulento!–.

El rechazó al Dios que lo creó, despreció a su Roca salvadora.

16 Provocaron sus celos con dioses extraños, lo irritaron con abominaciones.

17 Ofrecieron sacrificios a demonios [1] que no son Dios, a dioses que no conocían, a dioses nuevos, recién llegados, que sus padres no habían venerado.

 
[1] Schedim, Salmo 106,37


18 Así despreciaste a la Roca que te engendró. olvidaste al Dios que te hizo nacer.

19 Al ver esto, el Señor se indignó y desechó a sus hijos y a sus hijas.

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