Exorcismos procedentes del Ritual de la Iniciación Cristiana de Adultos.
Se dan los fragmentos en los que aparecen los exorcismos.
.....
44. Es propio del Obispo 20, por sí, o por su delegado organizar, orientar y fomentar la educación pastoral de los catecúmenos y admitir a los candidatos a la elección y a los sacramentos. Es de desear que, en cuanto sea posible, además de presidir la liturgia cuaresmal, él mismo celebre el rito de la elección, y en la Vigilia pascual confiera los sacramentos de la iniciación. Finalmente, por su cargo pastoral debe confiar la misión para los exorcismos menores a catequistas que realmente sean dignos y estén bien preparados 21.
.....
48.
Los catequistas, cuyo oficio tiene verdadera importancia para el
progreso de los catecúmenos y el aumento de la comunidad, tengan
parte activa en los ritos en cuanto fuere posible. Cuando enseñan,
procuren que su doctrina esté llena del espíritu evangélico,
acomodada a los símbolos y tiempos litúrgicos, adaptada a los
catecúmenos y enriquecida, en cuanto sea posible, con las
tradiciones y usos locales. Más aún, señalados por el Obispo,
pueden realizar los exorcismos menores (Cfr. n. 44) y
las bendiciones 27, de que
se trata en el Ritual nn. 113-124.
.....
101. Los exorcismos primeros o menores, ordenados de modo deprecatorio y positivo, muestren ante los ojos de los catecúmenos la verdadera condición de la vida espiritual, la lucha entre la carne y el espíritu, la importancia de la renuncia para conseguir las bienaventuranzas del reino de Dios, y la necesidad constante del divino auxilio (Cfr. nn. 109-118).
.....
EXORCISMOS
MENORES
109.
Los exorcismos menores se celebran por el sacerdote o por el diácono,
o también por un catequista digno y apto, designado por el Obispo
para este ministerio.
Cualquiera de éstos, extiende las manos sobre
los catecúmenos, que estarán inclinados o arrodillados, y pronuncia
alguna de las oracionesde los nn. 113-118.
110.En
la iglesia, o en una capilla o en los locales del catecumenado, se
hacen durante la celebración de la palabra; también, si el caso lo
aconsejara, al principio o al fin de la reunión para la catequesis;
finalmente, por necesidades peculiares, en privado para cada
catecúmeno.
111.
Ya antes del catecumenado, en el tiempo de la evangelización, pueden
hacerse los exorcismos menores para el bien espiritual de los
«simpatizantes» («fautores»).
112.
Nada impide que las fórmulas asignadas para los exorcismos menores,
puedan repetirse en diversas circunstancias.
Oraciones
del exorcismo
113.
Oremos.
Oh Dios omnipotente y eterno,
que por tu Hijo Unigénito
nos prometiste el Espíritu Santo,
te rogamos humildemente
por estos catecúmenos, que se ofrecen a ti:
aparta de ellos todo espíritu maligno
y toda acción errónea y pecaminosa,
para que merezcan ser templos del Espíritu Santo.
Confirma
nuestras palabras, llenas de fe,
y
haz que no sean vanas,
sino
llenas del poder y de la gracia
con
que tu Unigénito libró al mundo del mal. Por Jesucristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
114. Oremos.
Señor, Dios nuestro,
por quien se nos descubre la vida verdadera,
se anula la corrupción,
se fortalece la fe,
se despierta la esperanza
y se inculca la caridad,
te rogamos en el nombre de tu Hijo,
nuestro Señor Jesucristo,
y por la virtud del Espíritu Santo,
que alejes de estos siervos tuyos
la incredulidad y la duda,
(el
culto de los ídolos y la magia,
los
encantamientos y el espiritismo),
el
ansia de dinero y los halagos de las pasiones,
las
enemistades y las discordias y cualquier forma de maldad.
Y puesto que les has llamado
para que sean santos y sin pecado
en tu presencia,
infunde en ellos el espíritu de fe y de piedad,
de paciencia y de esperanza,
de moderación y de pureza,
de caridad y de paz.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
115.
Oremos.
Señor, Dios Todopoderoso,
que creaste al hombre a tu imagen y semejanza
en la santidad y en la justicia,
y, que sin abandonar al pecador,
sabiamente preparaste su salvación
por la encarnación de tu Hijo,
salva a estos siervos tuyos
y líbralos con tu poder de todos los males
y de la esclavitud del enemigo;
arranca de ellos el espíritu de la mentira,
de la codicia y de la maldad.
Recíbelos
en tu reino,
ábreles
los ojos a tu Evangelio,para que, como hijos de la luz,
sean miembros de tu santa Iglesia,
den testimonio de la verdad
y practiquen, según tus mandamientos,
las obras de misericordia.
Por
Jesucristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
116.
Oremos.
Señor
Jesucristo,
que
en el sermón de la Montaña
quisiste
apartar del pecado a tus discípulos
y
revelar las bienaventuranzas
del
reino de los cielos,
haz
que estos siervos tuyos,
que
oyen la palabra del
Evangelio,
se
conserven inmunes del espíritu de codicia y avaricia,
de
sensualidad y de soberbia.
Como
fieles discípulos tuyos,
se
consideren dichosos,
cuando
sean pobres y hambrientos,
misericordiosos
y limpios de corazón;
trabajen
por la paz
y
soporten con alegría
las
persecuciones,
para
que se hagan partícipes de tu reino,
y
así consigan la misericordia prometida,
y
experimenten el gozo de ver a Dios en los cielos.
Tú
que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Todos:
Amén.
117. Oremos
Dios
Padre,
creador
y salvador de todos los hombres
que
has llamado a estos catecúmenos
a
quienes creaste por amor
y
acogiste con misericordia;
tú
que sondeas sus corazones,
míralos
hoy en espera de tu Hijo;
consérvalos
con tu providencia
y
realiza en ellos tu amoroso designio de salvación;
para
que, unidos firmemente a Cristo,
sean
contados entre sus discípulos
aquí
en la tierra
y
puedan alegrarse de ser reconocidos
por
Él en el cielo.
Por
Jesucristo nuestro Señor.
Todos:
Amén.
118.
Oremos
Oh
Dios, que escrutas las intenciones
y
recompensas las obras,
mira
benigno los trabajos
y
el aprovechamiento de tus siervos.
Asegura
sus pasos,
auméntales
la fe,
acepta
su penitencia,
y,
descubriendo abiertamente tu justicia
y
tu bondad,
concédeles
que merezcan participar
de
tus sacramentos en la tierra,
y
gozar de tu compañía
eterna
en el cielo.
Por
Jesucristo nuestro Señor.
Todos:
Amén.
Otras
oraciones de exorcismo en el n. 373.
ESCRUTINIOS
Y ENTREGAS
153.
En la Cuaresma, que precede a los sacramentos de la iniciación, se
celebran los escrutinios y las «entregas». Con estos ritos se
completa la preparación espiritual y catequética de los «elegidos»
o «postulantes», que se prolonga durante todo el tiempo de
Cuaresma.
ESCRUTINIOS
154.
La finalidad de los escrutinios es primordialmente espiritual, y se
completa con ayuda de los exorcismos. Porque el objeto
de los escrutinios es purificar las almas y los corazones, proteger
contra las tentaciones, rectificar la intención y mover la voluntad,
para que los catecúmenos se unan más estrechamente a Cristo y
prosigan con mayor decisión en su esfuerzo por amar a Dios.
155.
De los postulantes se espera la voluntad de llegar al sentimiento
íntimo de Cristo y de la Iglesia, y muy en especial el progreso en
el sincero conocimiento de sí mismos, la reflexión seria de la
conciencia y la verdadera penitencia.
156.
En el rito del exorcismo, celebrado por los sacerdotes
o por los diáconos, los elegidos, instruidos por la santa madre
Iglesia acerca del misterio de Cristo que nos libra del pecado, se
desprenden de las consecuencias del pecado y del influjo
diabólico, consiguen fuerzas para su itinerario espiritual, y
se les abre el corazón para recibir los dones del Salvador.
.....
Exorcismo
164.
Después de las súplicas, el celebrante, vuelto hacia los elegidos,
dice con las manos juntas:
Oremos.
Oh
Dios, que nos enviaste como Salvador a tu Hijo,
concédenos
que estos catecúmenos,
que
desean sacar agua viva como la Samaritana,
convertidos
como ella con la palabra del Señor,
se
confiesen cargados de pecados y debilidades.
No
permitas, te suplicamos,
que
con vana confianza en sí mismos,
sean
engañados por la potestad diabólica,
mas
líbralos del espíritu pérfido,
para
que, reconociendo sus maldades,
merezcan
ser purificados interiormente
para
comenzar el camino de la salvación.
Por
Jesucristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
A
continuación, si se puede hacer con comodidad, el celebrante impone
la mano en silencio a cada uno de los elegidos.
Después,
con las manos extendidas sobre los elegidos, el celebrante
prosigue:
Señor
Jesús,
tú eres la fuente
a
la que acuden estos sedientos
y
el maestro al que buscan.
Ante
ti, que eres el único santo,
no
se atreven a, proclamarse inocentes.
Confiadamente
abren sus corazones,
confiesan
su suciedad,
descubren
sus llagas ocultas.
Líbrales,
pues, bondadosamente de sus flaquezas,
cura
su enfermedad,
apaga
su sed, y otórgales la paz.
Por
la virtud de tu nombre,
que
invocamos con fe,
séles
propicio y sálvalos.
Domina
al espíritu maligno,
derrotado
cuando resucitaste.
Por
el Espíritu Santo
muestra
el camino
a
tus elegidos
para
que caminando hacia el Padre,
le
adoren en la verdad.
Tú
que vives y reinas
por
los siglos de los siglos.
Todos:
Amén.
Otras
fórmulas de exorcismo «ad libitum» en el n. 379.
Si
parece oportuno, se puede entonar algún canto a propósito, elegido,
v.gr., entre los salmos 6, 25, 31, 37, 38, 39, 50, 114, 129, 138,
141.
.....
Exorcismo
178.
Después de las súplicas, el celebrante vuelto a los elegidos dice
con las manos juntas:
Oremos.
Oh
Padre de la vida eterna,
que
no eres Dios de muertos sino de vivos,
y
que enviaste a tu Hijo como mensajero de la vida,
para
arrancar a los hombres
del
reino de la muerte
y
conducirlos a la resurrección,
te
rogamos que libres a estos elegidos
de
la potestad del espíritu maligno,
que
arrastra a la muerte,
para
que puedan recibir
la
nueva vida de Cristo resucitado
y
dar testimonio de ella.
Por
Jesucristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
A continuación, si puede hacerse con comodidad, el celebrante impone la mano en silencio a cada uno de los elegidos.
Después, con las manos extendidas sobre los elegidos, el celebrante prosigue:
Señor Jesús,
que,
resucitando a Lázaro de la muerte,
significaste
que venías para que los hombres
tuvieran
vida abundante,
libra
de la muerte a éstos,
que
anhelan la vida de tus sacramentos,
arráncalos
del espíritude la corrupción
y
comunícales por tu Espíritu vivificante
la
fe, la esperanza y la caridad,
para
que viviendo siempre contigo,
participen
de la gloria de tu resurrección.
Tú
que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Todos:
Amén.
Otra
fórmula para el exorcismo «ad libitum» en el n. 387.
Si
parece oportuno se puede entonar algún canto a propósito, elegido
v.gr., entre los salmos 6, 25, 31, 37, 38, 39,50, 114, 129, 138, 141.
.....
Oración
del exorcismo y unción del catecúmeno
255.
Omitido el «Misereatur». («Dios todopoderoso tenga misericordia
de nosotros») el celebrante concluye diciendo la oración
siguiente:
Señor Dios todopoderoso,
que
enviaste a tu Hijo único
para
que el hombre,
esclavo
del pecado,
alcance
la libertad de tus hijos,
humildemente
te rogamos por este siervo tuyo,
que
ha experimentado los halagos de este mundo
y
las tentaciones del diablo
y
ahora reconoce en tu presencia sus pecados;
por
la pasión y resurrección de tu Hijo
arráncalo
del poder de las tinieblas y,
fortalecido con la gracia de Cristo,
guárdalo
a lo largo del camino, de la vida.
Por
Jesucristo nuestro Señor.
Todos:
Amén.
256. El celebrante prosigue:
Para
que el poder de Cristo Salvador te fortalezca,
te
ungimos con este óleo de salvación
en
el nombre del mismo Jesucristo,
Señor
nuestro,
que
vive y reina por los siglos de los siglos.
Todos:
Amén.
Y unge al candidato con el Óleo de los catecúmenos en el pecho o en ambas manos, o bien, si pareciere oportuno, en otras partes del cuerpo.
Esta unción puede omitirse a juicio de la Conferencia Episcopal; en tal caso, el celebrante dice:
Que te fortalezca el poder de Cristo Salvador,
que
vive y reina por los siglos de los siglos.
Todos:
Amén.
E inmediatamente impone la mano en silencio sobre el candidato.
.....
SEGUNDO
GRADO
ESCRUTINIOS
O RITOS PENITENCIALES
330.
Estos ritos penitenciales, que señalan el paso entre las diversas
etapas del catecumenado, pertenecen al género de los escrutinios,
que tienen lugar en el Ritual de la iniciación de los adultos (nn.
152-180).
Por
tanto, como tienen una finalidad similar, se pueden utilizar y
acomodar las normas que se establecen para los escrutinios (nn. 25-1,
154-159).
331.
Como los escrutinios de ordinario pertenecen al último tiempo de la
preparación para el Bautismo, los ritos penitenciales exigen que los
niños se acerquen a ellos con la fe que se requiere para el
Bautismo.
332.
Estos ritos, en los que participan a una con los catecúmenos sus
padrinos (madrinas) y sus compañeros de catequesis, son apropiados
para todos los asistentes, de modo que se conviertan en celebraciones
penitenciales también para los que no son catecúmenos. En realidad,
durante esta ceremonia, algunos niños ya bautizados de tiempo atrás,
y pertenecientes al grupo catequístico, pueden ser admitidos por
primera vez al sacramento de la Penitencia. En tal caso, procúrese
que en la celebración se añadan oportunamente las moniciones,
intenciones de la oración y los actos que requieran estos niños.
333.
Los ritos penitenciales se celebran en Cuaresma, si los catecúmenos
han de ser iniciados en las solemnidades pascuales; en otro caso, se
celebran en el tiempo que parezca más oportuno. Téngase por lo
menos un rito penitencial. Si cómodamente se puede tener otro,
mejor. Su esquema será similar al primero; para las súplicas y para
la oración del exorcismo, se emplean los textos de los
nn. 164, 171, 178, convenientemente acomodados.
.....
.....
Exorcismo
339. Después el celebrante con las manos extendidas sobre los niños, hace la oración siguiente:
Oremos.
Padre
de las misericordias,
que
entregaste a tu amado Hijo
para
dar al hombre,
oprimido
con la esclavitud del pecado,
la
libertad de tus hijos,
escucha
a estos siervos tuyos,
que
ya han experimentado las tentaciones
y
reconocen sus propias culpas,
y
mira con clemencia su esperanza.
Concédeles
pasar de las tinieblas
a
la luz que no se apaga,
limpiarse
de los pecados,
y,
llenos de paz, marchar
ilesos
bajo tu protección
por
el camino de la vida.
Por
Jesucristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
Otra
fórmula de exorcismo en el n. 392.
.....
379. Al n. 164: Otra fórmula de exorcismo para el primer escrutinio:
Oremos.
Oh
Padre de las misericordias,
que
por medio de tu Hijo
te
compadeciste benignamente
de
la Samaritana
y
movido por la misma paterna solicitud
ofreciste
la salvación a todos los pecadores,
mira
con extraordinario
amor
a estos elegidos,
que
desean recibir la adopción de los hijos por los
sacramentos:
desátalos
de la esclavitud del pecado
y
del pesado yugo de Satanás,
para
que tomen el suave yugo de Jesús;
protégelos
en todos los peligros,
para
que sirviéndote fielmente a ti,
llenos
de paz y de alegría,
puedan
ofrendarte también su gratitud
durante
toda la eternidad.
Por
Jesucristo nuestro Señor.
R/.
Amén.
Señor
Jesús,
que
por admirable designio de tu misericordia
convertiste
a una mujer pecadora,
para
que en adelante adorara al Padre en espíritu
y
en verdad,
libra
ahora con tu poder a estos elegidos
de
los dañinos engaños de Satanás,
pues
se acercan al manantial del agua viva;
convierte
sus corazones con la fuerza del Espíritu Santo,
para
que con la fe sincera,
que
actúa por la caridad,
conozcan
a tu Padre.
Tú
que vives y reinas por los siglos de los siglos.
R/.
Amén.
.....
387.
Al n. 178: Otra fórmula del exorcismo para el tercer escrutinio:
Oremos.
Oh
Padre, fuente de toda vida,
que
buscas tu gloria en el hombre que vive
y
que descubres tu omnipotencia
en
la resurrección de los muertos,
dígnate
sacar del imperio de la muerte
a
estos elegidos tuyos,
que
por el Bautismo anhelan acercarse a la vida.
Líbralos
de la esclavitud del diablo,
que
introdujo la muerte por el pecado,
y
que se esfuerza en corromper al mundo,
que
tú creaste bueno.
Somételos
a la potestad de tu amado Hijo,
para
que reciban de él la fuerza de la resurrección
y
ante los hombres den testimonio de tu gloria.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R/. Amén.
Señor Jesucristo,
que
mandaste a Lázaro salir vivo del sepulcro,
y
que con tu resurrección liberaste de la muerte
a
todos los hombres,
te
rogamos humildemente por tus siervos,
que
se apresuran al agua de la regeneración
y
a la cena de la vida:
No
permitas que queden detenidos
por
el imperio de la muerte,
los
que por su fe
han
de tener parte en la victoria de tu resurrección.
Tú
que vives y reinas por los siglos de los siglos.
R/. Amén.
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