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4. ORACIÓN de SÚPLICA y EXORCISMO 1998 - Supplicatio et exorcismus qui adhiberi possunt in peculiaribus adiunctis Ecclesiae (Rito Exorcismo 1998 - Versión Exorcismo León XIII))

Ritual Romano de Exorcismos 
y otras Súplicas

"De Exorcismis 
et supplicationibus quibusdam"
(1998 / 2004)


Appendix-apéndice I



SÚPLICAS Y EXORCISMOS QUE PUEDEN AGREGARSE

EN PECULIARES CIRCUNSTANCIAS

Supplicatio et exorcismus qui adhiberi possunt in peculiaribus adiunctis Ecclesiae


["Oración de súplica y exorcismo"]


Versión adaptada del Exorcismo de León XIII


Asamblea de fieles para orar

1. La presencia del diablo y de otros demonios aparece no solamente en personas tentadas o atormentadas, sino también en las cosas y en los lugares que están en contacto, de algún modo, con ellas o su actividad [infestación].

Asimismo pueden hacerse presente en las variadas formas de oposición y persecución a la Iglesia.

De acuerdo a los sucesos y las circunstancias, el Obispo diocesano puede considerar oportuno congregar a los fieles para orar, presididos y animados por un sacerdote, para lo cual se disponen los elementos siguientes.

[NOTA: esta oración de súplica y exorcismo presidida por el obispo de Springfield, Illinois (Estados Unidos), Thomas Paprocki, la efectuó como acto de reparación por la aprobación del "matrimonio entre personas del mismo sexo"]

2. Congregada la asamblea de los fieles, el sacerdote dice [invocación a la Santísima Trinidad]:

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.

Todos se signan y dicen:

Amén.

3. Luego el sacerdote, saluda a los presentes con las manos extendidas:

[Opción I]

Dios, Padre omnipotente
que quiere que todos los hombres se salven
esté con todos ustedes.

Todos responden:

Y con tu espíritu.

O bien:

[Opción II]

El Señor esté con ustedes.

[Todos responden:]

Y con tu espíritu.

O bien:

[Opción III]

Puede usarse otro saludo tomado de los libros litúrgicos aprobados, como por ejemplo:

El Dios de la esperanza
que nos llena de toda alegría
y paz en la fe
por la fuerza del Espíritu Santo,
sea con todos vosotros


4. Luego el sacerdote habla [exhortación] brevemente a los presentes, para disponer su atención a la celebración.

[pro opportunitate] A continuación es conveniente dar lugar a una Liturgia de la Palabra en la que se incluya una breve homilía del sacerdote que preside; en ella, inspirado por los textos bíblicos que se proclamen, el sacerdote invite a los fieles a la esperanza en la victoria de Cristo y las disposiciones de Dios a favor de los hombres, como las angélicas.

Los textos bíblicos a proclamarse y los Salmos Responsoriales correspondientes pueden elegirse de entre los propuestos en los Leccionarios aprobados.


[Opción I]


5. [pro opportunitate] Pueden recitarse las Letanías de los Santos [46], que el sacerdote puede concluir con la oración siguiente:

Espíritu Santo Creador,
asiste bondadosamente a la Iglesia Católica;
fortalécela y confírmala con tu poder
contra los embates de los enemigos,
y renueva el espíritu de tus servidores fieles
a quienes ungiste con tu caridad y tu gracia
para que en ti glorifiquen al Padre
y a su Hijo Unigénito, Jesucristo, nuestro Señor.

Todos responden:

Amén.


[Opción II]


6. [pro opportunitate]

Puede también, en lugar de las letanías, rezarse la Oración Universal o Dominical con intenciones apropiadas.

[Nota personalSe llama Oración Universal porque se suplica por las necesidades de todos los hombres.

En la Oración Universal u Oración de los Fieles, el pueblo, responde de alguna manera a la palabra de Dios acogida en la fe y ejerciendo su sacerdocio bautismal, ofrece a Dios sus peticiones por la salvación de todos.

Conviene que esta oración se haga normalmente en las Misas a las que asiste el pueblo, de modo que se eleven súplicas por la santa Iglesia, por los gobernantes, por los que sufren alguna necesidad y por todos los hombres y la salvación de todo el mundo” (OGMR 69).

Debe poder ser asumida por todo el pueblo cristiano y al menos cuatro de las peticiones deben ser:

* Por la Iglesia y sus necesidades
* Por los gobernantes
* Por los pobres y necesitados
* Por todos los presentes y la comunidad local

Este orden puede cambiarse en algunas celebraciones especiales.

Fuente: la-liturgia.blogspot.com.es/2007/12/la-oracin-universal-o-de-los-fieles.html]

* * *

Al final se dice el Padre nuestro.

[Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo,
danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación
y líbranos el mal.]


7. Después el sacerdote, con las manos juntas, agrega [Pequeña oración exorcística]:

In nómine Iesu Christi Dei

En nombre de Jesucristo, Dios y Señor nuestro,
y con la intercesión de la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios,
del bienaventurado Miguel Arcángel,
de los bienaventurados apóstoles, Pedro y Pablo, y de todos los santos,
y confiando en la sagrada autoridad del ministerio recibido de la Iglesia
me encamino seguro a enfrentar las vejaciones
producidas por el engaño diabólico que han de ser repelidas.


8. Todos recitan a la vez

Salmo 67 (68), 2-3

Se levanta Dios, y se dispersan sus enemigos
y huyen de su rostro quienes lo enfrentan.
Tú los disipas como se disipa el humo;
como se derrite la cera ante el fuego,
así desaparecen los pecadores delante del Señor.

V. Huyan de la Cruz de Cristo, enemigos del Señor.

R. Ha vencido el león de la tribu de Judá, la raíz de David.

V. Señor, que venga tu misericordia sobre nosotros.

R. Como lo esperamos de ti.

V. Señor, oye mi oración.

R. Y llegue a ti mi clamor.


9. El sacerdote dice con las manos juntas [Oración sacerdotal]:

Oremos.

Y todos oran en silencio.

[Oración]

Entonces el sacerdote con las manos juntas dice la siguiente oración:

Dios del cielo,

Dios de la tierra,

Dios de los ángeles,

Dios de los arcángeles,

Dios de los patriarcas,

Dios de los profetas,

Dios de los apóstoles,

Dios de los mártires,

Dios de los sacerdotes,

Dios de las vírgenes,

Dios de todos los santos y santas,

Dios que tienes poder

para dar vida después de la muerte,

el descanso después del trabajo,

no hay otro Dios fuera de ti,

creador de todo lo visible e invisible, cuyo reino no tiene fin;

humildemente suplicamos a la majestad de tu gloria,

para que, con tu poder, libres a tus hijos

de toda potestad, engaño y perversidad de los espíritus del infierno

y nos custodies incólumes.

Todos responden:

Amén.


10. [pro opportunitate] Luego, si parece oportuno, el sacerdote con las manos extendidas pronuncia la siguiente   fórmula imperativa  , al modo de un exorcismo.

Te exorcizo,
todo espíritu inmundo,
todo poder de las tinieblas,
toda incursión del adversario infernal,
toda legión, grupo y secta diabólica,
en el nombre y por el poder de Jesucristo Señor nuestro,
a que te desarraigues y huyas de la Iglesia de Dios,
de las almas creadas a imagen divina
y redimidas por la preciosa sangre del Cordero.

No te atrevas nunca más, serpiente astuta,
a engañar al género humano,
a perseguir a la Iglesia de Dios,
a sacudir y cribar como al trigo a los elegidos de Dios.
Te ordena el Dios altísimo,

que quiere que todos los hombres se salven,
y que lleguen al conocimiento de la verdad,
a ti que en tu gran soberbia
pretendes considerarte semejante a Él.

Te lo ordena Dios Padre;
te lo ordena Dios Hijo;
te lo ordena Dios Espíritu Santo.
Te lo ordena Cristo,

Palabra eterna de Dios hecha carne,
que por la salvación del género humano,
arruinado por tu odio,

se humilló a sí mismo
haciéndose obediente hasta la muerte;
que edificó su Iglesia sobre roca firme
y determinó que las puertas del infierno
nunca prevalecerían contra ella,
y que él mismo permanecería con ellas todos los días
hasta el fin de los tiempos.

Te lo ordena el signo X de la Cruz,
del poder de todos los Sacramentos de la fe cristiana.

Te lo ordena la excelsa Virgen María, Madre de Dios,
que aplastó en su humildad
desde el primer instante de su Concepción inmaculada
tu cabeza soberbia.

Te lo ordena la fe de los santos Apóstoles Pedro y Pablo
y de los demás Apóstoles.

Te lo ordena la sangre de los Mártires,
y la piadosa intercesión de todos los Santos y Santas.

Así pues, ejército diabólico,
te conjuro por el Dios vivo,
por el Dios verdadero,
por el Dios santo,
por el Dios que amó al mundo
que le entregó a su Hijo Unigénito,
para que todo, el que cree en Él, no perezca,
sino que tenga vida eterna:
desiste de engañar a los seres humanos,
y de ofrecerles el veneno de la condenación eterna:
deja de dañar a la Iglesia,
y de poner obstáculos a su libertad.

Vete, Satanás,
padre de la mentira,
enemigo de la salvación humana.

Deja el lugar a Cristo,
en quien no encontraste ninguna de tus obras;
deja el lugar a la Iglesia Una, Santa, Católica y Apostólica,
a la que el mismo Cristo adquirió con su sangre.
Humíllate bajo la poderosa mano de Dios;

estremécete y huye,
por el santo nombre de Jesús,
ante quien tiemblan los infiernos,
al que están sometidos todos los ejércitos celestiales,
las Potestades y Dominaciones;
a quien los Querubines y Serafines
alaban diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo, es el Señor,
Dios del Universo.


11. Después se recita o canta esta antífona:

Sub tuum praesídium

Bajo tu amparo, nos refugiamos
santa Madre de Dios,
no desprecies las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades.
Antes bien, líbranos de todos los males,
Virgen gloriosa y bendita.

[pro opportunitate] : 

También puede recitarse la siguiente súplica a san Miguel Arcángel u otra súplica más conocida por el pueblo:

Princeps gloriosíssime

Príncipe glorioso de la Celestial Milicia,
San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la batalla contra los Principados y Potestades
contra los conductores de las tinieblas del mundo,
contra todo aquello que pervierta lo celestial.

Ven en auxilio de los hombres a quien Dios hizo a su imagen y semejanza
y rescató con alto precio de las tiranías del diablo.

A ti te venera la Iglesia como custodio y patrono,
a ti te entregó el Señor las almas de los redimidos
que han de ser hospedadas en la suprema felicidad.

Ruégale al Dios de la paz,
para que quebrante a Satanás bajo nuestros pies
y no pueda, en adelante, mantener cautivos a los hombres
y dañar a la Iglesia.

Ofrece nuestras plegarias en presencia del Altísimo
para que alcancemos pronto las misericordias del Señor,
y apreses al dragón, la antigua serpiente,
que es el diablo y Satanás,
y lo envíes al abismo
para que deje de seducir a los pueblos.

Amén.


12. El sacerdote rocía el lugar con agua bendita.

Luego bendice a los presentes y los despide, como se acostumbra normalmente.



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