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16. DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA - LIBROS LITÚRGICOS RITO ROMANO

DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA


https://www.vatican.va/roman_curia/congregations/ccdds/documents/rc_con_ccdds_doc_20020513_vers-direttorio_sp.html


Mención del demonio y mal espíritu: numeral 139, 217


139. "La Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos "de la Pasión del Señor", que comprende a la vez el triunfo real de Cristo y el anuncio de la Pasión".

La procesión que conmemora la entrada mesiánica de Jesús en Jerusalén tiene un carácter festivo y popular. A los fieles les gusta conservar en sus hogares, y a veces en el lugar de trabajo, los ramos de olivo o de otros árboles, que han sido bendecidos y llevados en la procesión.

Sin embargo es preciso instruir a los fieles sobre el significado de la celebración, para que entiendan su sentido. Será oportuno, por ejemplo, insistir en que lo verdaderamente importante es participar en la procesión y no simplemente procurarse una palma o ramo de olivo; que estos no se conserven como si fueran amuletos, con un fin curativo o para mantener alejados a los malos espíritus y evitar así, en las casas y los campos, los daños que causan, lo cual podría ser una forma de superstición.

La palma y el ramo de olivo se conservan, ante todo, como un testimonio de la fe en Cristo, rey mesiánico, y en su victoria pascual.


217. La piedad popular a los santos Ángeles, legítima y saludable, sin embargo puede dar lugar a desviaciones, como por ejemplo:

- si, como a veces sucede, se forma en el espíritu de los fieles una idea errónea pensando que el mundo y la vida están sometidos a tensiones demiúrgicas, a la lucha incesante entre espíritus buenos y malos, entre Ángeles y demonios, en la cual el hombre resulta arrollado por poderes superiores a él, ante los que no puede hacer nada; esta concepción, en cuanto elimina la responsabilidad del fiel, no se corresponde con la auténtica visión evangélica de la lucha contra el Maligno, que exige del discípulo de Cristo un compromiso moral, una opción por el Evangelio, humildad y oración;


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NORMAS UNIVERSALES SOBRE EL AÑO LITÚRGICO Y EL NUEVO CALENDARIO ROMANO GENERAL

Pablo VI (1969)

https://liturgiapapal.org/attachments/article/241/Carta%20Aposto%CC%81lica.pdf


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Comentarios antropológicos sobre rogativas populares


--- Las procesiones

245. En la procesión, expresión cultual de carácter universal y de múltiples valores religiosos y sociales, la relación entre Liturgia y piedad popular adquiere un particular relieve. La Iglesia, inspirándose en los modelos bíblicos (cfr. Ex 14,8-31; 2 Sam 6,12-19; 1 Cor 15,25-16,3), ha establecido algunas procesiones litúrgicas, que presentan una variada tipología:

- algunas evocan acontecimientos salvíficos referidos al mismo Cristo; entre estas, la procesión del 2 de Febrero, conmemorativa de la presentación del Señor en el Templo (cfr. Lc 2,22-38); la del Domingo de Ramos, que evoca la entrada mesiánica de Jesús en Jerusalén (cfr. Mt 21,1-10; Mc 11,1-11; Lc 19,28-38; Jn 12,12-16); la de la Vigilia pascual, memoria litúrgica del "paso" de Cristo de las tinieblas del sepulcro a la gloria de la Resurrección, síntesis y superación de todos los éxodos del antiguo Israel y premisa de los "pasos" sacramentales que realiza el discípulo de Cristo, sobre todo en el rito bautismal y en la celebración de las exequias;

- otras son votivas, como la procesión eucarística en la solemnidad del Cuerpo y Sangre del Señor: el santísimo Sacramento pasando por la ciudad de los hombres suscita en los fieles expresiones de amor agradecido, exige de ellos fe-adoración y es fuente de bendición y de gracia (cfr. Hech 10,38); la procesión de las rogativas, cuya fecha la establece actualmente la Conferencia de Obispos de cada país, que son una súplica pública de la bendición de Dios sobre los campos y sobre el trabajo del hombre, y tienen también un carácter penitencial; la procesión al cementerio el 2 de Noviembre, Conmemoración de los fieles difuntos;


--- LAS ROGATIVAS Carmen Gozalo de Andrés Licenciada en Historia 

https://www.divulgameteo.es/fotos/meteoroteca/Rogativas-Carmen-Gozalo.pdf


--- ROGATIVAS PARA PEDIR LA LLUVIA.

LERA DE ISLA, Angel

https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/rogativas-para-pedir-la-lluvia/html/


--- LA CLIMATOLOGÍA HISTÓRICA EN EL MARCO GEOGRÁFICO DE LA ANTIGUA MONARQUÍA HISPANA

Mariano Barriendos

https://www.ub.edu/geocrit/sn-53.htm

En el caso de las sequías, el despliegue de rogativas que llega a producirse contempla hasta cinco niveles, perfectamente identificables y, además, con un esquema apenas invariable entre los diferentes puntos o localidades estudiadas (Martín Vide y Barriendos, 1995):
Nivel I: Nivel simplemente preventivo. Era un acto dentro de las iglesias, consistente en simples rezos u oraciones al terminar las misas.
Nivel II: Nivel medio. Era un acto también dentro de las iglesias, consistente en la exposición de reliquias o imágenes en un lugar prominente, como altares o mediante un recorrido por la iglesia o un claustro.
Nivel III: Nivel severo. Era ya un acto público fuera de la iglesia aunque dentro de la población. Consistía en procesiones públicas por las principales calles de la población, con reliquias e imágenes de santos. Podía realizarse una sola procesión o una tanda preestablecida de varias de ellas a diferentes iglesias y conventos.
Nivel IV: Nivel grave. Era un acto público aún dentro de la población. Consistía en inmersiones en agua de reliquias o imágenes de advocaciones de especial veneración. Las inmersiones se prohibieron en 1619 por el deterioro que provocaban en las reliquias y fue sustituído por actos de similar solemnidad, como misas generales de difuntos o exposiciones del Santísimo Sacramento.
Nivel V: Nivel crítico. Consistía en peregrinaciones que se realizaban fuera de la población. Se enviaban peregrinos a santuarios de especial veneración. En estos santuarios, solían agruparse para las rogativas peregrinos de aquellas procedencias en las que el problema ambiental estuviera incidiendo negativamente. En los correspondientes registros documentales de entrada de peregrinos, en consecuencia, además de la duración e intensidad de un episodio climático anómalo se podría caracterizar su incidencia geográfica.


+3 : Lluvias muy intensas que producen daños por inundaciones catastróficas
+2 : Lluvias intensas que producen algún tipo de molestia
+1 : Presencia de lluvias
0 : Situación de normalidad o ausencia de información
-1 : Ausencia de lluvias
-2 : Sequía meteorológica que produce algún tipo de alteración a los cultivos
-3 : Sequía climática prolongada con pérdida de cosechas y otros daños



“Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abra” (Mt 7,7). 


 el “amigo inoportuno y la viuda insistente”, sabiendo que Dios nos escucha y, nosotros confiamos que nos hará caso ante esta necesidad urgente.


El Señor, en muchas ocasiones, nos enseñó que es necesario pedir a Dios con humildad, perseverancia y audacia, aquello que necesitamos, tanto para nuestra vida espiritual o para nuestra conveniencia material.


 “Yo daré la lluvia a vuestra tierra en su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, y tu vino, y tu aceite. Y daré hierba en tu tierra para tus bestias; y comerás, y te saciarás” (Dt. 11,14).



procesionó en rogativas, para pedir la lluvia

bendicion

Petición por la lluvia en las oraciones litúrgicas:



Rogativas son las oraciones públicas hechas a Dios para conseguir remedio en una grave necesidad.

Generalmente consistían en procesiones que se hacían dentro o fuera del templo con carácter de penitencia y

propiciación para la agricultura, acompañadas del rezo de letanías. Litúrgicamente fueron establecidas por la

Iglesia para ser rezadas o cantadas en ciertas procesiones, probablemente en el siglo IV, aunque no se fijaron

las fechas de su celebración hasta el pontificado de San Gregorio Magno en el año 590.

Tenían lugar dos veces en el año: en la festividad de San Marcos, las denominadas rogativas o letanías

mayores, y, en los tres días anteriores a la Ascensión, las conocidas como rogativas o letanías menores.

Además, con carácter extraordinario, el papa y los obispos podían prescribirlas en cualquier época del año en

calamidades y necesidades públicas perentorias.



El texto presentado expone la importancia de la rogativa, una oración comunitaria por la lluvia, dentro del contexto litúrgico. Se destaca su inclusión en las preces de la Misa, especialmente los Domingos, así como en la oración de Laudes y de Vísperas.


Invitación a la participación:


Se invita a las comunidades religiosas y a quienes rezan la Liturgia de las Horas a unirse a esta súplica.


Oración colecta específica:


Se menciona la existencia de una oración colecta específica en el Misal Romano (pág. 956) titulada "Ad petendam pluviam" ("Para pedir la lluvia"). Se recomienda su uso cuando sea litúrgicamente posible.


Texto de la oración colecta:


Se ofrece el texto de la oración colecta, que apela a Dios como fuente de vida y sustento, implorando la lluvia necesaria para la tierra. La oración también expresa la esperanza de que, a través de los bienes terrenales, se anhelen con mayor fervor los bienes del cielo.


La rogativa: oración comunitaria con un propósito

La rogativa, como oración comunitaria, se distingue de la superstición por su fundamento en la fe y el deseo de comunión con Dios. En este contexto, la oración por los que sufren brota del corazón del bautizado y se expresa en la oración universal de la Eucaristía.


En momentos como el actual, marcado por la escasez de agua, la oración de petición se convierte en un medio para contemplar la vida desde la perspectiva de Dios. Además de la oración, es fundamental que esta se acompañe de obras de servicio y entrega hacia los más necesitados.


Un llamado a la acción:


A partir de mañana, se invita a incluir en la oración universal de la Eucaristía una petición por la lluvia en nuestros campos.

En comunidades con tradición de rogativas, se pueden celebrar teniendo en cuenta la distinción entre la fe y la superstición.

En resumen:


La rogativa es una oración comunitaria nacida de la fe.

Se distingue de la superstición por su enfoque en la comunión con Dios.

La oración debe ir acompañada de acciones concretas de ayuda al prójimo.

Se invita a incluir una petición por la lluvia en la oración universal de la Eucaristía.

Las comunidades con tradición de rogativas pueden celebrarlas con discernimiento.

Recordatorio:


La oración es un acto poderoso que nos conecta con Dios y nos impulsa a actuar con compasión y solidaridad. En momentos difíciles, la rogativa nos une como comunidad y nos recuerda la importancia de la fe y la acción conjunta.


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1. Libros para la celebración de la Eucaristía

Estos libros contienen las oraciones, lecturas y cantos necesarios para la Misa.

  • Libros para el celebrante (Sacramentario): Contiene las oraciones que el sacerdote pronuncia durante la Misa, como la Oración Colecta, la Oración sobre las Ofrendas y la Oración después de la Comunión.
  • Libro de las lecturas (Leccionario): Contiene las lecturas bíblicas que se proclaman durante la Misa, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento.
  • Libros para el canto (Antifonario): Contiene los cantos y melodías que se utilizan durante la Misa, como el Introito, el Salmo Responsorial, el Aleluya y el Ofertorio.
  • El Misal: Es un libro mixto que combina los elementos del Sacramentario, Leccionario y Antifonario, además de incluir el Ordinario de la Misa (las partes fijas de la celebración) y el calendario litúrgico.

2. Libros para el Oficio Divino

Estos libros se utilizan para la Liturgia de las Horas, un conjunto de oraciones que se rezan a lo largo del día.

  • Libros para el canto (Salterio, Antifonario, Himnario): Contienen los salmos, antífonas e himnos que se cantan durante el Oficio Divino.
  • Libros para las oraciones (Colectas sálmicas): Contienen las oraciones que se rezan al final de cada hora del Oficio Divino.
  • Libros para las lecturas (Leccionario conteniendo el antiguo Evangeliario): Contienen las lecturas bíblicas, patrísticas (de los Padres de la Iglesia) y hagiográficas (de los santos) que se leen durante el Oficio Divino.
  • El libro para el oficio del capítulo (Martirologio, Necrológico): Contienen los nombres de los santos y difuntos que se conmemoran en cada día.
  • El Breviario: Es un libro mixto que contiene todos los elementos necesarios para la Liturgia de las Horas.

Distinción Histórica entre Leccionario y Evangeliario

  • En los primeros siglos del cristianismo, las lecturas bíblicas en la liturgia se tomaban directamente de los manuscritos de la Biblia, con marcas marginales para indicar los pasajes a leer.
  • A partir del siglo IV, cuando la liturgia empezó a estructurarse con un año litúrgico más definido, se comenzaron a compilar listas de lecturas ordenadas según el calendario eclesiástico.
  • Hacia los siglos VII y VIII, aparecieron dos tipos de libros litúrgicos distintos:
    • Leccionario (Comes, Epistolarium, etc.): contenía las lecturas del Antiguo Testamento, los Hechos de los Apóstoles y las Cartas apostólicas (Epístolas).
    • Evangeliario (Evangelium exceptum, Evangeliarium): contenía exclusivamente los textos de los Evangelios a ser proclamados en la Misa.

El Leccionario actual

  • Después del Concilio Vaticano II (1962-1965), con la reforma litúrgica promovida por la Sacrosanctum Concilium, se estableció un nuevo Leccionario unificado, donde ya no se separa el Evangeliario.
  • Este Leccionario moderno contiene todas las lecturas (Antiguo Testamento, Salmos, Epístolas y Evangelios) ordenadas según el ciclo litúrgico de tres años (A, B y C).
  • Sin embargo, en algunas comunidades y catedrales, se sigue utilizando un Evangeliario especial, generalmente decorado y procesionado solemnemente antes de la proclamación del Evangelio.

Conclusión

Aunque históricamente el Leccionario y el Evangeliario eran libros separados, hoy en día el Leccionario ha integrado las lecturas del Evangelio, salvo en contextos litúrgicos más solemnes donde el Evangeliario sigue teniendo su propia dignidad y uso particular.


3. Libros para la organización de la liturgia

Estos libros contienen las normas y rúbricas que rigen la celebración de los sacramentos y otros ritos litúrgicos.

  • Ordo: Describe el orden general de una celebración litúrgica.
  • Ordinal: Contiene las instrucciones específicas para la celebración de un rito particular.
  • Ceremonial: Describe las acciones y gestos que deben realizar los ministros durante una celebración litúrgica.

4. Libros para los otros sacramentos y ritos

Estos libros contienen las oraciones y rituales para la administración de los sacramentos distintos de la Eucaristía, así como para otros ritos litúrgicos.

  • Pontifical: Contiene los ritos y oraciones para las celebraciones presididas por el obispo, como la confirmación, la ordenación sacerdotal y la consagración de iglesias.
  • Ritual: Contiene los ritos y oraciones para la administración de los sacramentos del Bautismo, la Confesión, la Unción de Enfermos y el Matrimonio, así como para otros ritos como las exequias.

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1. El Sacramentario

El Sacramentario es un libro litúrgico que contiene las oraciones que el sacerdote (celebrante) pronuncia durante la celebración de la Eucaristía (Misa) y otros sacramentos. Estas oraciones se conocen como "eucología", término que proviene del griego "euché" (oración) y "lógos" (discurso). En esencia, el Sacramentario es una colección de formularios litúrgicos con las oraciones para todo el año litúrgico.

Sacramentarios fundamentales

A lo largo de la historia, han existido diversos sacramentarios, pero tres destacan por su importancia:

  1. Sacramentario Veronense (SV): Es una colección antigua de formularios de misas independientes, utilizada inicialmente en la liturgia papal y luego adaptada para el uso de los presbíteros en las iglesias de Roma. Contiene elementos no romanos y está organizado según los meses del año civil. Se le atribuyó erróneamente a San León Magno, pero se cree que fue compuesto entre los siglos V y VI.

  2. Sacramentario Gregoriano (SGr): Atribuido a San Gregorio Magno, este sacramentario se utilizó en la catedral de Roma y en celebraciones solemnes. Se creó entre el 592 y el 595. Una copia fue enviada por el Papa Adriano I a Carlomagno, lo que llevó a algunas modificaciones en el texto.

  3. Sacramentario Gelasiano (SGe): Escrito entre los siglos VII y VIII, este sacramentario contiene rúbricas (indicaciones litúrgicas) por primera vez. Incluye los textos necesarios para la Misa, otros sacramentos, la Liturgia de las Horas, bendiciones, ordenaciones y otras oraciones. Sin embargo, no contiene lecturas ni cantos.

2. El Leccionario

El Leccionario es el libro litúrgico que contiene las lecturas bíblicas (tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento) que se proclaman durante la Misa. Estas lecturas están organizadas según el calendario litúrgico, de manera que se leen los pasajes correspondientes a cada día o festividad.

Origen y evolución del Leccionario

Inicialmente, las lecturas se tomaban directamente de los libros de la Biblia. Con el tiempo, se empezaron a hacer anotaciones al margen de los textos bíblicos para indicar el comienzo y el final de cada lectura, así como el día en que debía leerse. Posteriormente, estas anotaciones se copiaron en un volumen separado, ordenándolas según el calendario litúrgico.

Finalmente, se confeccionaron libros que contenían el texto completo de las lecturas, facilitando la tarea del lector. Estos libros, que aparecieron a partir del siglo VIII, recibieron diversos nombres, como "comes", "apostolus", "epistolae" (para las lecturas no evangélicas) y "evangelium exceptum", "evangeliarium", "liber evangelii" (para los evangelios). Los leccionarios de misa actuales suelen incluir tanto las lecturas no evangélicas como los evangelios.

3. El Misal

El Misal es un libro litúrgico que combina tres libros en uno: el Sacramentario, el Leccionario y el Antifonario (libro de cantos). Además, incluye el Ordinario de la Misa (las partes fijas de la celebración) y el calendario litúrgico.

Historia del Misal

El Misal, como libro litúrgico, es relativamente moderno en la historia de la Iglesia. Los primeros sacramentarios datan del siglo V, pero no fue hasta el siglo XIV que comenzaron a usarse los misales como los conocemos hoy en día.

El Misal se caracteriza por ser un "libro plenario", ya que reúne en un solo volumen todos los elementos necesarios para la celebración de la Misa. Esto facilitó la celebración al reducir la cantidad de libros necesarios, pero también implicó la pérdida de la riqueza eucológica de los antiguos sacramentarios.

Misales importantes

Dos misales son especialmente relevantes en la historia litúrgica:

  1. Misal de 1570: Fruto de la reforma litúrgica del Concilio de Trento, este Misal fue promulgado por San Pío V y ha sufrido algunas modificaciones a lo largo de los siglos.

  2. Misal de 1970: Promulgado por San Pablo VI tras el Concilio Vaticano II, este Misal introdujo cambios importantes en la celebración de la Misa, como el uso de la lengua vernácula, un leccionario más amplio y la recuperación de la homilía y la plegaria de los fieles. Este Misal ha sido revisado posteriormente, y la tercera edición se publicó en 2002.

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