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V.- Demonios - Profetas

Profetas


 
I. Cuatro Profetas mayores:

A. Período intermedio profético, durante el Destierro, "Consolación": Isaías (parte) Jeremías (parte), Ezequiel (parte), Daniel

1. Isaías

2. Jeremías

3. Ezequiel

4. Daniel

***

II. Doce Profetas menores:

B. Primer período profético, antes del Destierro, "Castigo":

1. Amós [Israel]: Dios, Señor universal y omnipotente, defensor de la justicia

2. Oseas [Israel]: religión del corazón

3. Miqueas [Judá]: Dios ve culpable a su pueblo y lo condena por pecados religiosos y
morales

 
C. Deportación de Israel y subsistencia del Reino de Judá:

4. Sofonías: Anuncio del Día del Señor o Dies Irae que castigará a todas las naciones por pecados religiosos y morales

5. Nahum [Josías descubre el Libro de la Ley]: la ruina de Nínive es el juicio de Dios que castiga al enemigo del plan de Dios y a los opresores de Israel y de todos los pueblos

6. Habacuc: el problema del mal; el escándalo ante la elección divina del bárbaro e injusto pueblo caldeo como instrumento de castigo por los pecados de Israel: al final Dios triunfará y el justo vivirá

 
D. Último período profético, posterior al Destierro, Edicto de Ciro y era persa; "Restauración":

7. Ageo: el nacimiento de la nueva comunidad de Palestina por los primeros judíos retornados de Babilonia: trabajos del Templo por Zorobabel y Josué

8. Zacarías: restauración nacional y del Templo; doctrina del Mesías, Cristo; escatología y apocalipsis

9. Malaquías: faltas cultuales de fieles y sacerdotes; escándalo de los matrimonios mixtos y divorcios; el día del Señor

10. Abdías: castigo sobre Edom; la justicia rigurosa y el poder de Dios como defensor del derecho

11. Joel: liturgia penitencial por la invasión de langostas, ejemplo de juicio final; juicio de las naciones y victoria de Dios e Israel; Pentecostés o efusión del espíritu profetico sobre todo el pueblo de Dios en la era escatológica

12. Jonás: el profeta doblemente desobediente: huye de su misión y una vez realizada ésta, se enfada con Dios por no ejecutar los castigos anunciados por los grandes pecados de Nínive, debido a su conversión y arrepentimiento que motivan el perdón y misericordia de Dios

 
Biblia utilizada preferentemente en este apartado: EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS, La Biblia (Traducción argentina), 1990, Vatican.va; Biblia Clerus; Biblia de Jerusalén.
 


***



ISAÍAS




Oráculo sobre Babilonia

Capítulo 13
 
(Levítico 17: contra Edom)

1 Oráculo sobre Babilonia, que Isaías, hijo de Amós, recibió en una visión:

2 Sobre un monte desierto alcen un estandarte, lancen un grito hacia ellos, agiten la mano, para que entren por las Puertas de los nobles.

3 Yo di una orden a los que me están consagrados, convoqué a los guerreros de mi ira. a los que se alegran de mi triunfo.

4 ¡Escuchen!

¡Un tumulto en las montañas, algo así como una inmensa muchedumbre!

¡Escuchen!

¡Un alboroto de reinos, de naciones congregadas!

Es el Señor de los ejércitos que pasa revista al ejército para la batalla.

5 Ya vienen de un país lejano, desde los extremos del cielo, el Señor y los instrumentos de su furor para arrasar toda la tierra.

6 ¡Giman, porque está cerca el Día del Señor y viene del Devastador como una devastación!

7 por eso desfallecen todas las manos y se descorazonan todos los mortales.

8 Se llenan de espanto, dolores y convulsiones los invaden, se retuercen como una parturienta se miran unos a otros con estupor, sus rostros están encendidos como llamas.

9 ¡Miren!

Ahí llega el Día del Señor, día cruel, de furor y de ira ardiente, para hacer de la tierra una devastación y exterminar de ella a los pecadores.

10 Porque los astros del cielo y sus constelaciones no irradiarán más su luz; el sol se oscurecerá al salir y la luna dejará de brillar.

11 Yo castigaré al mundo por su maldad y a los malvados por su iniquidad.

Pondré fin al orgullo de los arrogantes y humillaré la soberbia de los violentos

12 Haré a los mortales más escasos que el otro fino, a los hombres, más escasos que el otro de Ofir.

13 Por eso, haré temblar los cielos, y la tierra se moverá de su sitio bajo el furor del Señor de los ejércitos, en el día de su ira ardiente.

14 Entonces, como una gacela espantada y como un rebaño al que nadie congrega cada uno se volverá a su pueblo. cada uno huirá a su país.

15 Todo el que sea descubierto, será traspasado. y el que sea apresado, caerá bajo la espada.

16 Sus niños pequeños serán estrellados ante sus ojos, sus casas saqueadas y sus mujeres violadas.

17 ¡Miren!

Yo suscrito contra ellos a los medos, que no estiman la plata, ni les importa el oro: 18 sus arcos acribillarán a los jóvenes, no se apiadarán del fruto de las entrañas ni sentirán compasión por los niños.
19 Babilonia, hermosura de los reinos, gloria y orgullo de los caldeos, soportará la misma catástrofe que Dios envió a Sodoma y Gomorra.

20 Quedará despoblada para siempre, no la habitarán a lo largo de las generaciones; allí el árabe no plantará su carpa ni los pastores apacentarán sus rebaños.

21 Allí se apacentarán las fieras del desierto y los búhos llenarán sus casas; allí anidarán los avestruces y danzarán los sátiros; 22 las hienas aullarán en sus mansiones y los chacales en sus palacios suntuosos.

Su hora ya está por llegar y no serán prolongados sus días.

Sátira contra el rey de Babilonia

Capítulo 14

(Ezequiel 28)

1 Porque el Señor tendrá compasión de Jacob y elegirá de nuevo a Israel, y los instalará en su propio suelo.

Los extranjeros se unirán a ellos y serán agregados a casa de Jacob.

2 Los pueblos los acogerán y los llevarán a su lugar.

La casa de Israel los poseerá como esclavos y esclavos, en el suelo del Señor.

Así harán cautivos a los que los habían hecho cautivos y dominarán a sus tiranos.


Sátira contra el rey de Babilonia

3 Y el día en que el Señor te haga descansar de tu pena y tu tormento, y de la dura servidumbre a la que fuiste sometido, 4 entonarás esta sátira contra el rey de Babilonia.

Tú dirás:

¡Qué fin ha tenido el tirano, en qué acabó su frenesí!
5 El Señor quebró el bastón de los malvados, el cetro de los déspotas; 6 al que golpeaba con saña a los pueblos, dando golpes incesantes, al que dominaba con furia a las naciones persiguiendo sin tregua.

7 Toda la tierra descansa tranquila, se lanzan gritos de júbilo.

8 Hasta los cipreses, los cedros del Líbano, se regocijan de tu suerte:

«¡Desde que yaces tendido, nadie sube a talamos!».

9 Abajo, se estremeció el Abismo al anuncio de tu llegada; por ti, él despierta a las Sombras, a los potentados de la tierra; hace levantar de sus tronos a todos los reyes de las naciones.

10 Todos ellos hablan a coro y te dicen:

«¡Tú también has perdido las fuerzas como nosotros, te has vuelto igual que nosotros!

11 Tu majestad ha sido precipitada al Abismo, junto con el sonido de tus arpas; tienes debajo de ti un colchón de gusanos y te cubren las lombrices».

12 ¡Cómo has caído del cielo, Lucero, hijo de la aurora! ¡Cómo has sido precipitado por tierra, tú que subyugabas a las naciones, 13 tú que decías en tu corazón:

«Subiré a los cielos; por encima de las estrellas de Dios erigiré mi trono, me sentaré en la montaña de la asamblea divina, en los extremos del norte; 14 escalaré las cimas de las nubes, seré semejante al Altísimo!».

15 ¡Pero te han hecho bajar al Abismo, a las profundidades de la Fosa!

16 Los que te ven, fijan en ti la mirada meditan tu suerte:

«¿Es este el hombre que hacía temblar la tierra, que sacudía los reinos, 17 que hacía del mundo un desierto, demolía sus ciudades y no soltaba a sus prisioneros?».

18 Todos los reyes de las naciones descansan llenos de gloria, cada uno en su tumba.

19 Pero tú has sido arrojado lejos de tu sepulcro como un aborto abominable, como un cadáver pisoteado.

Los que han sido masacrados, traspasados sobre las piedras de la fosa.

20 Pero tú no te unirás con ellos en una sepultura, porque has destruido tu país, has asesinado a tu pueblo.

¡Nunca más será nombrada una raza de malhechores!

21 Preparen la masacre de los hijos por los crímenes de sus padres que no se levanten para adueñarse de la tierra y cubrir de ciudades del mundo.


Contra Babilonia

22 Yo me alzaré contra ellos –oráculo del Señor de los ejércitos– y extirparé de Babilonia el nombre y el resto, el vástago y la posteridad –oráculo del Señor–.

23 La convertiré en propiedad de erizos, en agua estancada, y la barreré con la escoba del exterminio –oráculo del Señor de los ejércitos–.


Amenaza contra Filistea

28 El año de la muerte del rey Ajaz se pronunció este oráculo:

29 No te alegres, Filistea entera, porque se ha quebrado la vara que te golpeaba: de la raíz de la serpiente saldrá una víbora y su fruto será una serpiente voladora.

30 Los pobres pacerán en mi pradera y los indigentes se recostarán seguros; pero yo haré morir de hambre a tu raíz y mataré lo que aún quede de ti.

31 ¡Gime, Puerta! ¡Grita, Ciudad!

¡Desfallece, Filistea toda entera!

Porque del Norte viene una humareda y nadie se desbanda en sus formaciones.

32 ¿Qué responder a los enviados de esa nación?

Que el Señor ha fundado a Sión y que en ella se refugian los pobres de su pueblo.


Capítulo 30

6 Oráculo sobre las bestias del Négueb:

Por una tierra de miseria y angustia, de donde salen la leona y el león, la víbora y la serpiente voladora, ellos llevan sus riquezas a lomo de asnos y sus tesoros sobre la giba de los camellos, a un pueblo que no sirve de nada.

7 ¡Egipto! Su ayuda es inútil y vana; por eso yo lo llamé: “Rahab, la inmóvil”.


El castigo de Leviatán

Capítulo 27

1 Aquel día, el Señor castigará con su espada bien templada, grande y fuerte, a Leviatán, la Serpiente huidiza, a Leviatán, la Serpiente tortuosa, y matará al Dragón que está en el mar.


El canto de la viña

2 Aquel día, canten a la viña deliciosa.

3 Yo, el Señor, soy su guardián, la riego constantemente; para que nadie le haga daño, la cuido día y noche.

4 Ya no estoy enojado: aunque haya cardos y espinas iré a luchar contra ellos y los quemaré todos juntos,


Capítulo 30

Oráculo sobre las bestias del Négueb

6 Por una tierra de miseria y angustia, de donde salen la leona y el león, la víbora y la serpiente voladora, ellos llevan sus riquezas a lomo de asnos y sus tesoros sobre la giba de los camellos, a un pueblo que no sirve de nada.


Capítulo 34

6 La espada del Señor está llena de sangre, impregnada de grasa, de la sangre de corderos y chivos, de la grasa de riñones de carneros.

Porque el Señor tiene un sacrificio en Bosrá, una gran matanza en el país de Edom.

7 Caen los búfalos con los terneros cebados, los novillos con los toros: su tierra se abreva con sangre, su suelo se impregna de grasa.

8 Porque es un día de venganza para el Señor, un año de desquite para la causa de Sión.

9 Sus torrentes se transformarán en resina y su suelo en azufre; su tierra se convertirá en resina ardiente, 10 que no se extinguirá ni de día ni de noche: la humareda subirá incesantemente.

Quedará desierta de generación en generación, nunca más pasará nadie por allí.

11 Se adueñarán de ella el pelícano y el erizo, la lechuza y el cuervo habitarán allí.

Se extenderá sobre ella la plomada del caos y el nivel del vacío.
12 Los nobles no proclamarán más un rey y todos sus príncipes serán aniquilados.

13 En sus palacios crecerán zarzas, en sus fortalezas, ortigas y espinas; será una morada de chacales, una guarida de avestruces.

14 Las fieras del desierto se juntarán con las hienas, los sátiros se llamarán unos a otros.

Allí también descansará Lilit y tendrá un lugar de reposo.

15 Allí anidará la serpiente y pondrá sus huevos, los incubará y los hará empollar; y allí también se reunirán los buitres, cada uno con su pareja.


Capítulo 51

9 ¡Despierta, despierta, revístete de poder, brazo del Señor! ¡Despierta como en los días antiguos, como en las generaciones pasadas! ¿No eres tú el que hace pedazos a Rahab, el que traspasa al Dragón?



JEREMÍAS

Capítulo 27

1 Al comienzo del reinado de Sedecías, hijo de Josías, rey de Judá, llegó a Jeremías esta palabra, de parte del Señor:

2 Así me ha hablado el Señor: Fabrícate unas ataduras y unas barras de yugo, y ajústalas a tu cuello.

3 Luego enviarás un mensaje al rey de Edóm, al rey de Moab, al rey de los amonitas, al rey de Tiro y al rey de Sidón, por medio de los mensajeros que vinieron a Jerusalén para ver a Sedecías, rey de Judá.

4 Tú les ordenarás que comuniquen esto a sus señores: Así habla el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Digan a sus señores:

5 Con mi gran fuerza y mi brazo poderoso, yo hice la tierra, al hombre y los animales que están sobre la superficie de la tierra, y los entrego a quien me parece bien.

6 Ahora, yo entregué todos estos países en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, mi servidor; hasta los animales del campo se los di para que lo sirvan.

7 Todas las naciones lo servirán, a él, a su hijo y al hijo de su hijo, hasta que también a su país le llegue la hora, y lo sometan a servidumbre numerosas naciones y grandes reyes.

8 En cuanto a la nación o al reino que no lo sirva a él, a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y que no someta su cuello al yugo del rey de Babilonia, yo castigaré a esa nación con la espada, el hambre y la peste –oráculo del Señor– hasta hacerla desaparecer completamente por medio de él.

9 No escuchen entonces a sus profetas, a sus adivinos, a sus oniromantes, a sus astrólogos y a sus hechiceros, que les dicen: “¡Ustedes no servirán al rey de Babilonia!”.

10 Porque ellos les profetizan lo que es falso, para alejarlos de su propio suelo, para que yo los expulse y ustedes perezcan.

11 En cambio, a la nación que someta su cuello al yugo del rey de Babilonia y lo sirva, yo la instalaré en su propio suelo –oráculo del Señor– para que lo cultive y habite en él.

12 Yo hablé a Sedecías, rey de Judá, en estos mismos términos: Sometan su cuello al yugo del rey de Babilonia, sírvanlo a él y a su pueblo, y vivirán.

13 ¿Por qué morirán, tú y tu pueblo, por la espada, el hambre y la peste, según lo que dijo el Señor a toda nación que no sirva al rey de Babilonia?

14 No escuchen las palabras de los profetas que les dicen: “¡Ustedes no servirán al rey de Babilonia!” Porque es falso lo que ellos les profetizan.

15 No, yo no los envié –oráculo del Señor– y ellos profetizan falsamente en mi Nombre, para que yo los expulse y ustedes perezcan junto con los profetas que profetizan para ustedes.

16 A los sacerdotes y a todo el pueblo, les hablé en estos términos:

Así habla el Señor: No escuchen las palabras de los profetas que les profetizan diciendo:

Los objetos de la Casa del Señor serán traídos ahora de Babilonia, y muy pronto”.

Porque es mentira lo que ellos profetizan para ustedes.

17 No les hagan caso: sirvan al rey de Babilonia, y vivirán.

¿Por qué esta ciudad tendrá que convertirse en una ruina?

18 Pero si ellos son realmente profetas, y si la palabra del Señor está con ellos, que intervengan ante el Señor de los ejércitos, para evitar que lleguen a Babilonia los objetos que aún quedan en la Casa del Señor, en la casa de Judá y en Jerusalén.

19 Porque así habla el Señor de los ejércitos acerca de las columnas, del Mar de bronce, de las bases y de los demás objetos que aún quedan en esta ciudad, 20 esos que no se llevó el rey de Babilonia cuando deportó de Jerusalén a Babilonia a Jeconías, hijo de Joaquím, rey de Judá, y a todos los notables de Judá y de Jerusalén.

21 Sí, así habla el Señor de los ejércitos, Dios de Israel, acerca de los objetos que aún quedan en la Casa del Señor, en la casa del rey de Judá y en Jerusalén:

22 Serán llevados a Babilonia, y allí quedarán hasta el día en que me ocuparé de ellos –oráculo del Señor–. Entonces, los haré subir y los haré volver a este lugar.


BARUC

Capítulo 3

1 Señor todopoderoso, Dios de Israel, es un alma angustiada y un espíritu acongojado el que grita hacia ti.

2 Escucha, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti.

3 Tú permaneces para siempre, mientras que nosotros perecemos para siempre.

4 Señor todopoderoso, Dios de Israel, escucha la plegaria de los muertos de Israel, de los hijos de aquellos que han pecado contra ti y no han escuchado la voz del Señor, su Dios, por lo que han caído sobre nosotros estas calamidades.

5 No te acuerdes de las injusticias de nuestros padres, sino acuérdate en este momento de tu mano y de tu Nombre.

6 Porque tú eres el Señor, nuestro Dios, y nosotros te alabaremos, Señor .

7 Sí, tú has infundido tu temor en nuestro corazón, para que invocáramos tu Nombre, y nosotros te alabaremos en nuestro exilio, porque hemos arrojado de nuestro corazón toda la injusticia de nuestros padres que pecaron contra ti.

8 Aquí estamos hoy en la tierra de nuestro exilio donde tú nos has dispersado, soportando el oprobio, la maldición y la condena, por todas las injusticias de nuestros padres, que se apartaron del Señor, nuestro Dios.

9 Escucha, Israel, los mandamientos de vida; presta atención para aprender a discernir.

10 ¿Por qué, Israel, estás en un país de enemigos y has envejecido en una tierra extranjera?

11 ¿Por qué te has contaminado con los muertos, contándote entre los que bajan al Abismo?

12 ¡Tú has abandonado la fuente de la sabiduría!

13 Si hubieras seguido el camino de Dios, vivirías en paz para siempre.

14 Aprende dónde está el discernimiento, dónde está la fuerza y dónde la inteligencia, para conocer al mismo tiempo dónde está la longevidad y la vida, dónde la luz de los ojos y la paz.

15 ¿Quién ha encontrado el lugar de la Sabiduría, quién ha penetrado en sus tesoros?

16 ¿Dónde están los jefes de las naciones, los que dominaban las bestias de la tierra

17 y se divertían con las aves del cielo; los que atesoraban la plata y el oro, en los que los hombres ponen su confianza, y cuyas posesiones no tenían límite;

18 los que trabajaban la plata con tanto cuidado, que sus obras sobrepasan la imaginación?

19 Ellos han desaparecido, han bajado al Abismo, y han surgido otros en su lugar.

20 Otros más jóvenes han visto la luz y han habitado sobre la tierra, pero no han conocido el camino de la ciencia,

21 no han comprendido sus senderos. Tampoco sus hijos la han alcanzado y se han alejado de sus caminos.
 
 
Capítulo 4

1 La Sabiduría es el libro de los preceptos de Dios, y la Ley que subsiste eternamente: los que la retienen, alcanzarán la vida, pero los que la abandona, morirán.

2 Vuélvete, Jacob, y tómala, camina hacia el resplandor, atraído por su luz.

3 No cedas a otro tu gloria, ni tus privilegios a un pueblo extranjero.

4 Felices de nosotros, Israel, porque se nos dio a conocer lo que agrada a Dios.

5 ¡Animo, pueblo mío, memorial viviente de Israel!

6 Ustedes fueron vendidos a las naciones, pero no para ser aniquilados; es por haber excitado la ira de Dios, que fueron entregados a sus enemigos.

7 Ustedes irritaron a su Creador, ofreciendo sacrificios a los demonios y no a Dios; 8 olvidaron al Dios, eterno, el que los sustenta, y entristecieron a Jerusalén, la que los crió.

9 Porque ella, al ver que la ira del Señor se desencadenaba contra ustedes, exclamó:

«Escuchen, ciudades vecinas de Sión: Dios me ha enviado un gran dolor.

10 Yo he visto el cautiverio que el Eterno infligió a mis hijos y a mis hijas.

11 Yo los había criado gozosamente y los dejé partir con lágrimas y dolor.

12 Que nadie se alegre al verme viuda y abandonada por muchos.

Estoy desolada por los pecados de mis hijos, porque se desviaron de la Ley de Dios:

13 ellos no conocieron sus preceptos, no siguieron los caminos de sus mandamientos ni anduvieron por las sendas de la instrucción, conforme a su justicia.
 
 
 
EZEQUIEL

Falsos profetas

Capítulo 13

1 La palabra del Señor me llegó en estos términos:

2 Hijo de hombre, profetiza contra los profetas de Israel; profetiza, y di a los que profetizan por su propia iniciativa: Escuchen la palabra del Señor:

3 Así habla el Señor:

¡Ay de los profetas insensatos que siguen su propia inspiración, sin haber tenido ninguna visión!

4 Chacales entre las ruinas: ¡eso han sido tus profetas, Israel!

5 Ustedes no han subido a las brechas ni han levantado un muro alrededor de la casa de Israel, a fin de que pueda resistir en el combate, el día del Señor.

6 Tienen visiones ilusorias y hacen predicciones engañosas, esos que andan diciendo:

¡Oráculo del Señor!”, sin que el Señor los haya enviado.

¡Y todavía esperan que él confirme sus anuncios!

7 ¿O no es verdad que ustedes tienen visiones ilusorias y hacen predicciones engañosas, cuando dicen:

¡Oráculo del Señor!”, sin que yo haya hablado?

8 Por eso, así habla el Señor: Por haber hablado falsamente y haber tenido visiones engañosas, yo estoy aquí contra ustedes –oráculo del Señor–.

9 Mi mano se alzará contra los profetas que tienen visiones ilusorias y hacen predicciones engañosas:

ellos no participarán en el consejo de mi pueblo, no serán inscritos en el libro de la casa de Israel, ni entrarán en la tierra de Israel.

Así ustedes sabrán que yo soy el Señor.

10 Porque ellos extraviaron a mi pueblo, anunciando:

¡Paz!”,

cuando en realidad no había paz, y mientras mi pueblo se construía una pared inconsistente, ellos la recubrían con cal;

11 por eso, di a esos que recubren con cal:

Vendrá una lluvia torrencial, yo haré caer piedras duras de granizo, y se desatará un viento huracanado.

12 Y cuando la pared se haya derrumbado, les preguntarán:

¿Dónde está la cal con que la habían recubierto?”.

13 Por eso, así habla el Señor:

En mi furor, desataré un viento huracanado; en mi ira, enviaré una lluvia torrencial; y en mi enojo, haré caer piedras duras de granizo, hasta que todo quede derruido.

14 Derribaré la pared que ustedes recubrieron con cal, la dejaré a ras del suelo, y sus cimientos quedarán al desnudo. La pared se desplomará, y ustedes perecerán en medio de ella. Así sabrán que yo soy el Señor.

15 Y una vez que se haya desahogado mi ira contra esa pared y contra los que la recubrían con cal, les diré:

Ya no existe la pared, ni tampoco los que la recubrían, 16 esos profetas que profetizaban sobre Jerusalén y tenían para ella visiones de paz, cuando no había paz –oráculo del Señor–.

 
Falsas profetisas

Capítulo 14

17 Y tú, hijo de hombre, vuelve tu rostro contra las hijas de tu pueblo que profetizan por su propia iniciativa, y profetiza contra ellas.

18 Dirás: Así habla el Señor:

¡Ay de aquellas que tejen ligaduras mágicas para atar las manos, y preparan velos para las cabezas de gente de todas las edades, a fin de atrapar vidas humanas!

¡Ustedes pretenden atrapar la vida de la gente de mi pueblo y preservar la suya propia!

19 Me han profanado delante de mi pueblo por unos puñados de cebada y unas migajas de pan, matando a los que no deben morir, dejando con vida a los que no deben vivir, y diciendo mentiras a mi pueblo, que siempre está dispuesto a escucharlas.
20 Por eso, así habla el Señor: Yo estoy contra las ligaduras que ustedes usan para atrapar como pájaros las vidas humanas.

Las arrancaré de los brazos de ustedes, y dejaré en libertad las vidas que ustedes han atrapado.

21 También romperé sus velos, y libraré a mi pueblo de las manos de ustedes, para que ya no sean una presa en sus manos. Así sabrán que yo soy el Señor.

22 Ustedes hacen sufrir al justo con engaños, cuando yo no lo hago sufrir, y reconfortan al impío para que no se convierta de su mala conducta y salve su vida.

23 Por eso, no tendrán más falsas visiones ni volverán a hacer predicciones: yo libraré a mi pueblo de las manos de ustedes, y así sabrán que yo soy el Señor.


Contra el rey de Tiro

Capítulo 28

1 La palabra del Señor me llegó en estos términos:

2 Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Así habla el Señor:

Tu corazón se llenó de arrogancia y dijiste:

Yo soy un dios; estoy sentado en un trono divino,en el corazón de los mares”.

¡Tú, que eres un hombre y no un dios,te has considerado igual a un dios!

3 Sí, eres más sabio que Daniel: ningún secreto te supera.

4 Con tu sabiduría y tu inteligencia,te has hecho una fortuna,acumulaste oro y plata en tus tesoros.

5 Por tu gran habilidad para el comercio fuiste acrecentando tu fortuna, y tu corazón se llenó de arroganciaa causa de tantas riquezas.

6 Por eso, así habla el Señor:
Porque te has considerado igual a un dios, 7 yo traigo contra ti gente extranjera, las más feroces de las naciones: ellos desenvainarán la espada contra tu bella sabiduría,y profanarán tu esplendor.

8 Te precipitarán en la Fosa y morirás de muerte violenta en el corazón de los mares.

9 ¿Te atreverás a decir:

Yo soy un dios”,

delante de tus verdugos?

Serás un hombre, no un dios, en manos de los que te traspasen.

10 Tendrás la muerte de los incircuncisos, en manos de extranjeros, porque yo he hablado –oráculo del Señor–.

 
Lamentación sobre el rey de Tiro

11 La palabra del Señor me llegó en estos términos:

12 Hijo de hombre, entona una lamentación sobre el rey de Tiro.

Tú le dirás:

Así habla el Señor:

Eras un modelo de perfección, lleno de sabiduría y de acabada hermosura.

13 Estabas en Edén, el Jardín de Dios,recubierto de piedras preciosas de todas las especies: sardo, malaquita y diamante, crisólito, ónix y jaspe,zafiro, topacio y esmeralda.

Llevabas adornos labrados en oro y encajes preparados para tiel día en que fuiste creado.

14 Yo había hecho de ti un querubín protector,con sus alas desplegadas; estabas en la montaña santa de Dios y te paseabas entre piedras de fuego.

15 Eras irreprochable en tus caminos desde el día en que fuiste creado, hasta que apareció tu iniquidad: 16 a fuerza de tanto traficar,tu interior se llenó de violencia y caíste en el pecado.

Por eso yo te expulso como algo profanado lejos de la montaña de Dios; te hago desaparecer, querubín protector,de entre las piedras de fuego.

17 Tu corazón se llenó de arrogancia a causa de tu hermosura; corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor.

Pero yo te arrojé por tierra y te expuse como espectáculo delante de los reyes.

18 Con tus numerosas culpas, con tu comercio venal, profanaste tus santuarios.
Pero yo hago brotar de ti mismo el fuego que te devora.

Te reduciré a ceniza sobre el suelo delante de todos los que te miran.

19 Todos los pueblos que te conocen están consternados por ti; te has convertido en un motivo de espanto y no existirás nunca más.


DANIEL
 
Capítulo 10

11 Luego me dijo:

«Daniel, hombre predilecto, fíjate en las palabras que voy a decirte, y ponte de pie en el lugar donde estás, porque ahora yo he sido enviado a ti».

Y mientras medecía estas palabras, yo me puse de pie, temblando.

12 El me dijo:

«No temas, Daniel, porque desde el primer día en que te empeñaste en comprender y en humillarte delante de tu Dios, fueron oídas tus palabras, y yo he venido a causa de ellas.

13 El Príncipe del reino de Persia me opuso resistencia durante veintiún días, pero Miguel, uno de los primeros Príncipes, ha venido en mi ayuda.

Yo lo dejé allí, junto al Príncipe de los reyes de Persia, 14 y vine para hacerte comprender lo que sucederá a tu pueblo en los días venideros, porque también esta es una visión para aquellos días».

[…]

19 Luego me dijo:

«No temas, hombre predilecto.

¡La paz esté contigo!

¡Sé fuerte y valeroso!».

Mientras él me hablaba, recobré las fuerzas y le dije:

Que hable mi Señor, ya que me has fortalecido».

20 El respondió:

«¿Sabes por qué he venido hasta ti?

Ahora vuelvo a combatir contra el Príncipe de Persia, y una vez que haya concluido, vendrá el Príncipe de Grecia.

21 Pero yo te voy a indicar lo que está consignado en el Libro de la Verdad.

No hay nadie para fortalecerme contra ellos, fuera de Miguel, el Príncipe de ustedes.


HABACUC

Capítulo 3

1 Oración del profeta Habacuc, en el tono de las lamentaciones.

2 ¡Señor, yo he oído tu renombre!

¡He visto tu obra, Señor!

¡En el curso de los años, hazla revivir, en el curso de los años, manifiéstala; pero en la conmoción, acuérdate de tener piedad!

3 Dios viene de Temán, y el Santo, del monte Parán. Su majestad cubre los cielos, y su alabanza cubre los cielos, y su alabanza llena la tierra.

4 Su resplandor es como la luz, brotan rayos de sus manos, y allí está el secreto de su fuerza.

5 Delante de él avanza la Peste, y la Fiebre sigue sus pasos.

6 El se detiene, y hace vacilar la tierra, mira, y hace estremecer a las naciones.

¡Se desmoronan las montañas eternas, se hunden las colinas antiguas, sus caminos de siempre!

7 Yo he visto anonadados a los campamentos de Cusán, se conmueven las carpas del país de Madián.

8 ¿Arde la ira del Señor contra los ríos?

¿Tu cólera se enciende contra los ríos y tu furor contra el mar, para que montes en tus caballos, en tus carros de guerra victoriosos?

9 Tú pones al desnudo tu arco y sacias de flechas su cuerda. Abres la tierra, y brotan torrentes.

10 Te ven las montañas y se espantan, pasa una lluvia torrencial, y el océano hace oír su voz y levanta sus manos en alto.

11 El sol y la luna se detienen en su morada, a la luz de tus flechas que vuelan, al resplandor del centelleo de lanza.

12 Con furia recorres la tierra, con ira pisoteas las naciones.

13 Has salido para salvar a tu pueblo, para salvar a tu Ungido; has abatido el techo de la casa del impío, has descubierto sus cimientos hasta la roca.

14 Has traspasado con tus flechas la cabeza de sus jefes, que se lanzaban tempestuosamente para destrozarme, entre gritos de alegría, como quien devora a un pobre ocultamente.


ZACARIAS
 
Capítulo 3

1 Luego me hizo ver al Sumo Sacerdote Josué, de pie ante el ángel del Señor, mientras el Adversario estaba a su derecha para acusarlo.

2 ¡El ángel del Señor te reprima, Adversario!

¡Sí, que te reprima el Señor, el que eligió a Jerusalén!

¿No es este acaso un tizón salvado del fuego?».

3 Josué, de pie delante del ángel, estaba vestido con ropa sucia.

4 El ángel tomó la palabra y dijo a los que estaban de pie delante de él:

«Quítenle la ropa sucia».

Luego dijo a Josué:

«Yo te he sacado de encima tu iniquidad y te pondré vestiduras de fiesta».

5 Y añadió:

«Coloquen sobre su cabeza un turbante limpio y pónganle vestiduras de fiesta».

Ellos le pusieron el turbante limpio sobre la cabeza y las vestiduras de fiesta, mientras el ángel del Señor permanecía allí de pie.

6 Después el ángel del Señor advirtió solemnemente a Josué:

7 «Así habla el Señor de los ejércitos:

Si vas por mis caminos y observas mis mandamientos, tú mismo gobernarás mi Casa y cuidarás mis atrios, y yo te daré libre acceso entre los que están aquí.

8 Escucha, Josué, Sumo Sacerdote, tú y tus compañeros que se sientan delante de ti –porque estos hombres son un presagio–: Yo suscitaré a mi servidor «Germen».

9 Sí, esta es la piedra que pongo delante de Josué: sobre esta única piedra hay siete ojos.

Yo mismo voy a grabar su inscripción –oráculo del Señor de los ejércitos– y voy a eliminar la iniquidad de este país en un solo día.

10 Aquel día –oráculo del Señor de los ejércitos– ustedes se invitarán unos a otros debajo de la parra y de la higuera.


Capítulo 13

1 Aquel día, habrá una fuente abierta para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, a fin de lavar el pecado y la impureza.

2 Aquel día –oráculo del Señor de los ejércitos– yo extirparé del país el nombre de los ídolos y no se los volverá a mencionar; de la misma manera, expulsaré de esta tierra a los profetas y el espíritu de impureza.

 

 

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